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Aquel infausto 2 de abril de 1992, Juanito viajaba solo en su coche hacia Mérida después de haber presenciado el Real Madrid-Torino de Copa de la UEFA en el Estadio Santiago Bernabéu. Al día siguiente tenía que entrenar al club extremeño en la que era su primera aventura como técnico. Sin embargo, jamás llegaría a su destino. Tenía 37 años cuando aquel accidente de tráfico segó su vida, una vida que vivió a toda velocidad, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.
Si algo se recuerda de Juanito es su carácter temperamental, su pasión en todos y cada uno de los aspectos de la vida. Nacido en Fuengirola, el Real Madrid fue el culmen de una carrera deportiva que se desarrolló entre Los Boliches, el Burgos, el Atlético de Madrid, el propio club blanco y el Málaga antes de acabar retirándose en el club de su debut. En sus diez años de madridista, Juanito conquistó dos Copas de la UEFA, cuatro Ligas, dos Copas del Rey y una Copa de la Liga, además de llevar al club a una final de la Liga de Campeones y una final de la Recopa.
Su espíritu indómito, que en más de una ocasión le jugó malas pasadas, encandiló a un Bernabéu que veinte años después de su muerte le sigue recordando cada minuto 7 bajo el cántico de "Illa, illa, illa, Juanito Maravilla". Un honor que seguro que le hace sonreir allá donde esté.
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