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Lo peor del aragonés fue sin duda la disparidad de criterios. Lo que en el lado merengue era falta no ocurría igual al revés. Igual con las amarillas. De este modo, Arbeloa vio una amarilla por cortar un contragolpe idéntica a la que debió haber visto Aduriz por derribar a Marcelo en una salida rápida del Real Madrid. La tensión del partido fue desbordando poco a poco al colegiado, que en medio del desconcierto tiró del lado visitante.
Así, poco a poco fue desesperando con cada decisión a la grada, dejando sin amonestar varias acciones merecedoras de amarilla por parte de los ché. Entre otras cosas, como por ejemplo un penalti de Víctor Ruiz a Benzema cuando éste encaraba a Guaita u otro de Rami, que despejó con una 'zamorana' un disparo del propio francés desde la frontal. Además de estos dos, en la primera mitad no vio punibles dos agarrones dentro del área a Higuaín y a Cristiano respectivamente.
En los últimos minutos perdonó la roja a Dani Parejo por una entrada durísima sobre Di María en una jugada posterior a un rifi rafe entre ambos y no señaló una falta de Víctor Ruiz a Cristiano fuera del área cuando encaraba portería. También habría sido la roja. Por último, se tragó un clarísimo agarrón dentro del área a Cristiano en el tiempo de descuento. Haciendo recuento, quizá en esta ocasión Clos superó los trece errores. Arbitraje penoso en el Bernabéu.
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