Alcaide atiza al entorno del Madrid

El periodista de 'El Mundo' volvió a ensalzar al equipo blanco y criticó a los envidiosos





En cualquier país del mundo, se vería al Real Madrid 2011-2012 como un ejemplo para cualquier aficionado al buen fútbol. Sin embargo, parece que en España sólo está bien visto el fútbol que practica el Barcelona. A todo lo que hace el Real Madrid, hay que ponerle alguna pega.

Si Cristiano Ronaldo mete 40 goles en 32 jornadas de liga, no es por sus méritos sino porque los rivales son muy malos. Mourinho seguirá siendo un entrenador 'amarrategui' aunque el Madrid acabe la temporada con 130 goles, y aunque los madridistas acabasen ganando la liga y la champions, la temporada del Barcelona sería inmaculada.

No hay peor ciego que el que no quiere ver; eso es lo que está pasando en el fútbol español. Por una extraña razón, está mal visto que el Real Madrid gane. El mejor club del siglo sigue despertando muchas envidias, y no van a parar hasta destruirlo. Pueden seguir intentándolo toda la vida, porque nunca lo conseguirán.

Este es el artículo completo de Alcaide:



EL MADRID APLASTA AL ENTORNO

En cualquier país del mundo la temporada del Real Madrid sería tomada como ejemplo a seguir, como pauta de un espectacular modelo de gestión futbolística, como paradigma de lo que debe ser un gran equipo de fútbol enfrentado a retos mayúsculos. Los elogios caerían en forma de bombardeo y se ensalzaría todo lo bueno, que es mucho, de un equipo que sólo ha perdido 14 puntos en 32 partidos, que ha sumado 104 goles, más de tres por encuentro, y que, por ejemplo, acumula 15 triunfos y tres empates desde que perdió con el Barcelona en la primera vuelta.

No pasaría desapercibido el hecho de que el mejor Barcelona de la historia navegara cuatro puntos por debajo y con el gancho desde que llegó a acumular 10 puntos de desventaja.

Sin embargo, España es diferente. Las obras bien hechas sólo sirven para engrandecer la envidia, reducir la alabanza y hurgar en supuestos o directamente inventados problemas que sólo existen en mentes calenturientas, enfermas en algunos casos. El Real Madrid sigue provocando un divorcio progresivo entre la realidad y muchos de los que que deberían pasar por equilibrados y coherentes y no son más que meras correas de transmisión de un discurso único. El que ensalza sin rubor todo lo bueno que emana del Barcelona y, en cambio, regatea la admiración a su enemigo vestido de blanco. Ese divorcio es lógico cuando se trata de analizar las informaciones procedentes de territorio barcelonista, donde la disidencia está poco menos que prohibida y la pregunta más complicada a Guardiola es si sabe con certeza la hora de arranque del próximo partido.

En cambio, el entorno cercano al Real Madrid está plagado de cuchillos y espinas. Nada bueno se reconoce. Se dibuja al grupo de jugadores como una banda de mercenarios y facinerosos, a su gran estrella, Cristiano Ronaldo, como un niño caprichoso y chulo, pese a que todavía ni ha escupido ni lanzado pelotazos a la grada rival, por ejemplo, y se buscan cientos de argumentos peregrinos para ocultar la realidad. Cuando no es la ansiedad se trata de la falta de canteranos, de lo mal que se maneja Mourinho en el banquillo (en realidad se trataría de un zote que no se entera de nada), del trivote, de mentalidad de equipo de pequeño, de rencillas continuas en el vestuario y de cientos de argumentos más que se estrellan semana a semana ante el vendaval de fútbol y resultados de un equipo llamado a protagonizar uno de los sorpassos más heroicos de la historia de este deporte. Si le dejan...

Un extraterrestre que leyera o escuchara todo lo que se dice del líder de la Liga en Madrid, su ciudad, pensaría que está al borde del descenso e incluso de la desaparición. Por eso, el divorcio de la realidad de aquellos que un día marcaron agenda en el club y hoy no son más que ciegos notarios de una actualidad que les desmonta argumento tras argumento, acabará pasando factura a una forma de actuar superada por el curso de la historia. La del Madrid.