Atascazo blanco en Getafe

El Real Madrid perdió en el Coliseum, con una muy mala segunda parte, en la que no supo imponerse a un Getafe que con efectividad y dos tiros a puerta superó al Real Madrid.





El Real Madrid saltó al Coliseum Alfonso Pérez con una doble sensación. La primera y más importante, la de no permitir que el Barcelona estirara su ventaja de puntos. Y, la segunda, intentar que el desgaste fuera el menor posible porque el miércoles espera una batalla en la que no sobrará gasolina. Ni por estado de forma ni por el rival que hay delante. Con esas premisas, el Real Madrid salió suelto, liberado. Mandando. Sin avasallar pero dejando sensación de superioridad.

Como viene siendo habitual en este inicio de temporada, Mourinho tocó varias teclas para el partido. Lass e Higuaín por Khedira y Benzema, fundamentalmente. También Marcelo, al que los JJ.OO han alejado de la titularidad fija, al menos de momento. Tras un primer saludo de guantes, el Madrid se adueñó de la pelota y comenzó a mover al Getafe. Xabi Alonso desplazaba la pelota a 50 metros como un pase a 10 centímetros. Funcionaba como un parabrisas. Era la mejor opción para intentar cansar a un Getafe que comenzó el partido con aire, pero que según pasaba el tiempo éste le abandonaba. El Madrid era mejor y dominante. No marcaba todavía, pero parecía cuestión de tiempo. Si el gol no lo hizo Özil tras un jugadón en combinación con Cristiano Ronaldo espectacular, fue porque le dio un par de centímetros más de altura a su golpeo cerca del borde del área pequeña. Todo el mundo daba por bueno el gol, incluso el propio Özil, que pareció golpear el balón con esa suficiencia del que patea una lata para meterla entre dos árboles. Sin embargo, erró. Se topó con el larguero.

Sin embargo, sólo pasarían 11 minutos entre ese fallo de Özil y el que de verdad fue el 0-1. Una colada central de Di María, catalejo en mano, encontró el desmarque de Higuaín dentro del área. El argentino hizo un control elegido, evitando la entrada de Alexis, y regateando a Moyá en su salida. Con el arco al descubierto sólo tuvo que armar la izquierda y atinar. Ahí desvirgaba el Madrid al Getafe y ponía justicia a su mejor juego y dominio.


Ficha técnica

Getafe 2: Moyá; Valera, Abraham (Lopo 49’), Alexis, Miguel Torres; Míchel, Xavi Torres; Barrada (Lacen 85’), Lafita, Diego Castro; y Miku (Colunga 70’)

Real Madrid 1: Iker Casillas, Arbeloa, Albiol, Ramos, Marcelo (Callejón 73’); Lass (Benzema 58’), Alonso; Di María (Morata 78’), Özil, Cristiano Ronaldo, e Higuaín

Goles: 0-1 Higuaín (27’), 1-1 Valera (52’), 2-1 Barrada (75’)

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Valera, Míchel, Torres, Albiol. Expulsó a Coentrao.

Estadio: Coliseum Alfonso Pérez (14.000 espectadores)

A pesar de que el Madrid ganaba, no sobradamente, pero sí con suficiencia, seguro que nadie hubiera esperado el desenlace final del encuentro. En primer lugar, se sigue demostrando que el balón parado en el área blanca sigue siendo un peligro. Lance los córners o las faltas Beckham o Barrada. Da lo mismo. En este caso fue el marroquí el que puso un balón en la frontal que Valera cabeceó a la red de Casillas. Todos se miraban y nadie encontraba respuesta. El caso es que el Getafe, con nada, había igualado el dominio del Real Madrid.

El tiempo pasaba y los blancos no daban con la tecla para volver a alterar el marcador. Mourinho acumuló delanteros: Higuaín, Callejón, Benzema, Cristiano y hasta Morata, que entró para jugar en una zona que no es la suya, la banda izquierda. El Madrid se volcó sobre el área del Getafe con el riesgo de que alguna contra pudiera matarle. Y eso fue lo que pasó. Mientras Di María o Cristiano no atinaron en algunos controles o remates, el Getafe tuvo su segunda ocasión y la clavó. Colunga, ayudándose de la mano, superó en carrera abierta a Albiol cediéndole la pelota a Barrada para que superara a Casillas con su remate. El Madrid protestó la jugada. La mano de Colunga es evidente, que sea voluntaria o no sólo lo podrá asegurar el propio jugador del Getafe. El caso es que esa jugada marcó el partido. Y lo hizo porque aunque el Madrid lo intentó se atascó por el centro, errando pases y controles y perdiendo muchos balones. Es cierto que el equipo no está fino, y que sumar un punto de seis en el arranque del campeonato no estaba ni en los pensamientos del mejor culé. Quedan 36 jornadas, pero el Madrid necesita espabilarse porque así, la cosa no va bien.