Sin ir más lejos, en Vallecas, Mourinho se jugaba acabar con una estadística que decía que jamás había perdido tres partidos consecutivos en Liga fuera de su propio campo. Y es que después de caer en Getafe y en Sevilla, el portugués ya había igualado su peor racha de derrotas fuera en un campeonato doméstico, dos: cuando entrenaba al Uniao Leiria y al Chelsea.
Por eso, era muy importante para sus números no perder en Vallecas. Algo que no sólo no sucedió, sino que además el Real Madrid consiguió sumar su primer triunfo del curso fuera de casa.
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