En el minuto 14 comenzó a verse por dónde irían los tiros del colegiado, cuando Cesc cometía una dura falta sobre Pepe sin ver la amarilla. Xabi Alonso vio la cartulina por una acción idéntica, quedado así reflejado el doble rasero del vasco. Sin embargo, el continuo goteo de faltas señaladas en favor del Barcelona se quedó corto ante dos acciones clave del encuentro, el perdón a Pedro y el penalti no señalado a Özil.
En el 39 sucedía la primera de estas acciones, con un plantillazo de Pedro a Sergio Ramos por encima de la rodilla en una entrada a destiempo. Roja de libro que se quedó en amarilla y gracias. Tras el descanso, Özil cayó en el área ante Mascherano, que lo derribó cuando se disponía a girarse sobre sí mismo y encarar a Valdés. El colegiado no señaló nada. Más tarde, Xabi y Busquets pudieron ver la segunda cartulina, con perdón para ambos. En definitiva, arbitraje casero y sibilino de Delgado Ferreiro, que impidió que el Madrid se llevara la victoria con todo merecimiento.
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