Cristiano-Higuaín, sociedad mortal

Los dos delanteros se repartieron a partes iguales los cuatro primeros goles del Real Madrid en Mallorca. La 'manita' la cerró Callejón en el descuento. Buen partido de Modric en un Madrid muy serio.





Era evidente que Gonzalo Higuaín no iba a ser el lateral izquierdo del Real Madrid en Mallorca, por más que Mourinho se pusiera serio en la previa del partido afirmando lo contrario. Eso sí, aun no siendo en esa posición, lo cierto es que el argentino tenía todas las papeletas para iniciar el partido en lugar de Benzema. Y es que aunque el portugués no lo quiera reconocer, parece que los grandes partidos son patrimonio del jugador galo, y los de andar por casa para el pipita. Cuestión matemática y numérica, fácilmente comprobable.

Fue el argentino precisamente el que le dio la primera alegría del partido a los madridistas. Podría decirse incluso que la primera, ya que la primera se la podríamos atribuir al defensa del Mallorca, Anderson, que cometió un clamoroso error al intentar despejar un balón interior para el jugador merengue. Higuaín no desaprovechó el regalo local, y sólo tuvo que embocar la pelota en la portería de Aouate. Con poco, el Madrid ya se había puesto por delante.

Eso sí, a pesar de que el fallo del Mallorca fue evidente no es menos cierto que los de Mourinho tenían el total control del partido. Modric se dejaba ver más que en otros partidos, Di María cabalgaba como siempre por su banda, y Cristiano también tenía sus detalles, además de sus remates lejanos.


Con este cóctel de ideas todo hacía pensar que antes o después el Madrid golpearía la línea de flotación de los insulares. Y eso fue lo que hizo. Además, de una forma que a todo buen entrenador le gusta, en combinación colectiva tras una presión también en conjunto. Cuatro fueron los actores principales tanto del ‘achuche’ como de la ejecución. Di María, Özil, Higuaín y Cristiano se trabajaron un embudo del que Fontás no fue capaz de salir airoso. Localizado el fallo, todo era cuestión de darle velocidad y precisión al cuero. Dicho y hecho. Özil tocó a Di María, éste a Higuaín y éste a Cristiano. El final, el esperado: zapatazo de Cristiano junto al palo de la meta local. Golazo y 0-2 en el zurrón.

Ficha técnica:

0 - Real Mallorca: Aouate; Ximo, Conceiçao, Geromel, Bigas; Giovani (Arizmendi, min. 59), Martí, Fontás (Pina, min. 46), Nsue; Víctor (Marc Fernández, min. 78) y Hemed.

5 - Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Varane, Pepe, Essien; Xabi Alonso (Albiol, min. 80), Modric; Özil; Di María (Callejón, min. 73) Higuaín (Morata, min. 78), Ronaldo.

Goles: 0-1, min. 8: Higuaín; 0-2: min. 23: Cristiano; 0-3, min. 70: Higuaín ; 0-4, min. 72: Cristiano Ronaldo; 0-5, min. 91: Callejón.

Árbitro: González González (comité castellano-leonés). Amonestó a Modric, Bigas, Conceiçao, Xabi Alonso.

Incidencias. Iberostar Estadio (15.700 espectadores).

El paseo del Real Madrid por la isla se iba a incrementar conforme pasaban los minutos. Y es que el Mallorca tenía la intención, pero nada podía hacer ante un Madrid serio que tenía muy claro que cualquier resbalón por su parte de aquí en adelante en lo que a la lucha por la Liga se refiere puede ser fatal. Eso sí, el 0-2 con el que los blancos llegaron a la recta final del encuentro era una renta excesivamente corta para dejar tranquilo el corazón, de ahí que el sprint final de los de Mourinho le valiera a los blancos para aniquilar a los locales.

Fue el momento de la sociedad Higuaín-Cristiano Ronaldo. Ya llevaban un tanto por cabeza, y lo incrementaron en menos de cinco minutos con otra diana por barba. La primera llevó el sello del argentino, que hizo bueno un pase del propio CR7. Al presentarse delante del portero no dudó. Colocó, disparó y convirtió. Y de pasó, sentenció. Sin tiempo casi para celebrarlo, otra vez los dos mismos protagonistas, sólo que en esta ocasión Higuaín fue el asistente y Cristiano el ejecutor. Un gol de velocidad pura y a un toque. De los que definen el estilo de este Madrid. El cuarto parecía poner la rúbrica a una noche plácida.

Sin embargo, el Madrid no quiso dejar su obra incompleta. Una guinda en forma de manita siempre queda bien, máxime jugando fuera de casa, sobre todo porque las salidas al Real Madrid esta temporada le han costado de momento casi más desgracias que alegrías. Por eso, Callejón presumió de escudo cuando empujó un remate de Özil que desvió Aouate, en una jugada magníficamente iniciada por Morata, que tuvo cerca de 15 minutos y dejó un gran detalle en esa asistencia sobre el alemán que acabó remachando un ‘Calleti’ que consiguió colar su nombre la noche en la que la Sociedad formada por Higuaín y Cristiano se convirtió en una devoradora de ensaimadas.