José Mourinho protagonizó uno de los momentos más divertidos de la Liga de Campeones cuando tras acabar la rueda de prensa del partido entre el Manchester City y el Real Madrid se le cayó algo de agua sobre el cuello del traductor y rápidamente intentó secarle la espalda y le dio un abrazo. El traductor se lo tomó con cariño, aunque entre bromas respondió al entrenador. Mourinho había perdido instantes antes el tapón de la botella.
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