Özil levantó al Madrid del K.O

Dos goles del jugador alemán, y otro de Benzema, le permitieron al equipo de Mourinho remontar un partido que se le había puesto cuesta arriba a los blancos en Valladolid.





La visita a Zorrilla tenía más trampa de lo que podía aparentar. Era como firmar un contrato largo leyendo sólo cuatro cláusulas  básicas, sin pararse a leer la letra pequeña. Seguramente, Mourinho ya le había advertido a los suyos que en Pucela no iban de vacaciones, primero porque no valía otra cosa que la victoria, y segundo porque los vallisoletanos tienen un equipo apañado que en casa aumenta su fortaleza.

Por si esto fuera poco, al Madrid le tocó el día tonto del balón parado, ese que de un tiempo a esta parte viene trayendo en jaque no sólo al primer equipo, sino también al Castilla y al Real Madrid C. Parece un mal endémico en la casa blanca. Esta vez, la malísima defensa blanca en este tipo de jugadas hizo ‘internacional’ a Manucho, un jugador espigado, de flojo toque de balón, pero de buen físico y tino remate de cabeza. Bien es cierto que la colaboración del Real Madrid en los dos goles que encajó en apenas 22 minutos de partido fue vital. En el primer gol, medio equipo de Mourinho se quedó mirando a quién sabe qué lugar. El caso es que Manucho remató sin oposición al borde del área pequeña mientras cada madridista buscaba al culpable de tener a un rival sin marca. Ese fue el 1-0. Por fortuna para el Madrid, un error de Valiente, que resbaló al ir a por un balón en la defensa, le permitió a Callejón robarle la cartera, con DNI, tarjeta de crédito y pasaporte incluido. El que se cobró la pieza fue Benzema, que remató a placer la asistencia del canterano.

Como decíamos, Manucho iba a volver a mojarle la oreja al Madrid tras el saque de un balón parado. Idéntico lugar de golpeo desde el córner y mismo rematador. Dos veces tropezando en la misma piedra, vaya. Esta vez fue Ramos el señalado por su mal marcaje al delantero. Con el Madrid jugando mal, el Valladolid volvía a ponerse por delante. Cristiano intentó fusilar la portería local en un par de ocasiones, pero las manos de Dani lo evitaron. El tiempo pasaba y los blancos no terminaban de encontrarse. La llegada del descanso acuciaba, y haber llegado con desventaja no hubiera sido psicológicamente bueno. Por eso, el gol que se fabricaron entre Özil y Benzema fue oro en paño. El alemán logró colarse en la defensa local, y Benzema le pisó el balón para que el propio Özil se apuntara el empate. Un gol de gran nivel de fútbol sala y que le daba al Madrid un empate sobre la campana que, visto lo visto, le sabía a gloria.


La segunda parte fue bastante menos movida que la primera. El Valladolid se había vaciado físicamente en 45 minutos, seguramente pensando en poder contener una pequeña ventaja. De ahí que el gol de Özil antes del pitido del árbitro hiciera mella en las aspiraciones locales. Casillas apenas tuvo que intervenir en el segundo tiempo, lo que sirvió como muestra de que el Madrid fue superior. Mourinho tocó varias teclas, novedosas muchas de ellas. Callejón fue lateral izquierdo durante 45 minutos y Xabi Alonso fue central durante los minutos en los que el equipo buscaba la remontada.

Ficha Técnica

VALLADOLID 2: Dani; Rukavina, Sereno, Valiente, Balenziaga; Álvaro Rubio, Víctor Pérez, Ebert (Bueno, min.30), Óscar, Omar y Manucho (Javi Guerra, min.78).

REAL MADRID 3: Casillas; Pepe, Ramos, Nacho (Di María, min.45), Arbeloa (Modric, min.62); Khedira, Cristiano Ronaldo, Benzema (Varane, min.73), Özil, Xabi Alonso y Callejón.

Goles: 1-0 Manucho (7’), 1-1 Benzema (12’), 2-1 Manucho (22’), 2-2 Özil (45’), 2-3 Özil (72’)

Árbitro: Pérez Montero (C. Andaluz). Amonestó a Manucho (min.15), Omar (min.53), Oscar (min.83), Cristiano (min.62), Di María (min.86) y Ozil (min.82)

Estadio: José Zorrilla (23.000 espectadores)

Aun así, el gol no llegaba por parte de los de Mourinho. O sí llegaba, pero era injustamente anulado, como sucedió en un remate desde dentro del área del Sergio Ramos que acabó en el fondo de la red y que fue anulado por injusto fuera de juego, ya que el sevillano estaba habilitado por la defensa local. En ese momento, seguro que más de uno echó la vista atrás y se acordó de lo sucedido en el campo del Betis. Por suerte para el Madrid, ese grave error arbitral no tendrá consecuencias en lo que a puntos se refiere porque Özil no quiso.

Y es que el alemán parece haber encontrado su hábitat natural en los lanzamientos de falta ligeramente escorados a la derecha. El día del Dortmund hizo diana para salvar un punto en Champions, y en Champions se auto mejoró tanto en el golpeo como en el botín. Esta vez fue un tanto que valió una victoria, y el cuero entró espectacularmente por toda la escuadra tras besar el larguero. Todo un golazo.

A partir de ese gol, el Madrid ya pudo respirar. Aire frío, pero respirar al fin y al cabo. Mourinho volvió a reestructurar el equipo con las piezas que tenía, y el Valladolid apenas inquietó a Casillas. Fue un triunfo sufrido, de los que pueden dar Ligas, y gracias a Özil el Madrid no la terminó de tirar por la borda con otro pinchazo a domicilio. Fue el salvador.