"La gente siempre espera que seamos perfectos"

Cristiano se sinceró en una entrevista para la revista GQ





El '7' merengue deja claro que "tengo muchos amigos en el vestuario del Real Madrid, no solo mis compatriotas. Al principió me mezclé con gente como Pepe y Kaká por cuestiones de idioma, pero eso no significa que haya un clan". Además, agrega que "los trofeos son algo muy importante, pero el resto también lo es. En el Madrid siempre esperan que seamos perfectos, es el club más grande del mundo. Siempre hay lugar para la mejoría".

Preguntado sobre cómo le ve la gente, Cristiano afirma que "ven en mí lo que quieren, intento de ser yo mismo. Mi carrera me obliga a levantar un muro entre los demás y yo". "No soy una persona que busque las críticas cuando hago las cosas mal, aunque es parte de nuestro negocio. Lo que me duele es cuando la crítica se hace por asuntos externos al terreno de juego. No me molesta que me critiquen por mi forma de jugar, porque yo soy el primero que me doy cuenta cuando patino" agrega. Así, admite que "revisto la mayoría de partidos que juego, me es útil para ver dónde puedo mejorar".

Y es que el portugués señala que "si es un partido importante no suelo dormir bien después, ni siquiera en las siguientes dos o tres. Perder es uno de los incovenientes de la profesión". Aunque tiene claro que "es mucho más difícil ganar con la selección que con el club. Portugal me ha dado la oportunidad de jugar partidos de alto nivel y me ha puesto a la alcance de metas importantes". Por eso, afirma que le dolió especialmente "caer en los penaltis ante España en la última Eurocopa".

Cristiano también afirma ser "competitivo en todo lo que hago" y cuidarse tanto "física como mentalmente". Preguntado sobre su peor cualidad, responde que se considera "terco", y señala que no ha cambiado mucho desde quera un niño. Y, en cuanto a su primer recuerdo futbolístico, indica "siempre llevaba un balón conmigo: en la escuela, en la calle, en todos lados". De entonces también destaca el apoyo de sus padres y la difícil decisión de irse de casa con 11 años: "echaba de menos a mi madre, mi familia y mis amigos. Lo único que me mantuvo en marcha fue el apoyo de mi gente. Nunca hubiera podido hacerlo sin ellos".


Después, sobre Inglaterra indica que "todos mis recuerdos de Manchester son positivos. Estuve allí seis años y me convertí en un jugador de fama mundial". Allí reconoce que tuvo algunos "desencuentros con Ferguson, pero es algo normal. Solo siento gratitud hacia él. Es fantástico como entrenador y persona". Y, finalmente, Cristiano empieza a tener claro lo que le gustaría hacer una vez termine su carrera: "el fútbol es mi vida, me gustaría quedarme en este mundillo. Pero de momento quiero centrarme en mi etapa como jugador".