Cuneyt Cakir llevó bien el partido de Old Trafford, sancionando con cartulina cada vez que un jugador sacaba los pies un poco del tiesto. Lo hizo con Evra y con Arbeloa en la primera parte, en dos acciones mucho menos peligrosas que la de Nani. Por eso, cuando el extremo luso puso el pie en el pecho de Arbeloa, el otomano no tuvo dudas y lo mandó a la ducha antes de tiempo.
Aparte de esta jugada, hubo pocas jugadas de gran polémica. La más destacada, una mano como una catedral de Rafael en un saque de córner que debió ser penalti.
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