Hubo gente que aseguró que se trataba de mero juego peligroso y que por eso Nani no debió ser expulsado. Sin embargo, sí lo hubo en la jugada y de manera brusca, algo que el reglamento deja claro que se debe castigar con la tarjeta roja, por lo que que el árbitro turco Cakir la mostró acertadamente.
Más allá de la polémica de la jugada, Arbeloa se llevó un ingrato recuerdo de los tacos de la bota de Nani ya que su piel quedó marcada con una herida que le durará unos días. Aunque está claro que la alegría por estar en cuartos de final durará mucho más que la herida. Eso sí, el recuerdo de la patada también durará mucho más en la cabeza del lateral madridista.
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