El Real Madrid goleó hasta sin querer

A pesar de que el pescado no está totalmente vendido en la Champions, lo cierto es que Mourinho guardó menos de lo esperado. Sí se dejó a su mejor traje en el banquillo, véase Cristiano Ronaldo, pero otros como Ramos, Pepe, Xabi Alonso, Modric, Benzema o Higuaín sí se vistieron de corto desde el minuto uno. La visita del Levante era una buena ocasión para que varios de los menos habituales dieran ese puñetazo encima de la mesa que necesitan para ganarse más minutos en lo que resta de temporada, o en su defecto para seguir contando en Liga. El peaje de juego en este Madrid es caro, tiene IVA extra.

Con un ritmo tranquilo y pausado, el Madrid comenzó mandando. Con la pareja formada por Alonso y Modric en el medio, la posesión de pelota era claramente blanca, por encima del 70%. Un par de arrancadas de Kaká levantaron al público por la impresión de peligro que generaron en su arranque, una sensación que se desvaneció cuando el brasileño cruzó el área. De hecho, la primera gran ocasión del partido la firmó el propio Kaká con un remate con la zurda que sacó Munúa.

A pesar del dominio territorial de los blancos, el que golpearía primero en el marcador sería el Levante. En uno de sus pocos avances, los visitantes manejaron bien un contragolpe que permitió a Míchel, después de rozar el balón en Pepe, superar la resistencia de Diego López y abrir la lata.

Con el 0-1 Mourinho respondió sin mover más allá que su garganta. Cristiano Ronaldo y Di María salieron como flechas del banquillo para iniciar el calentamiento. Era una forma de llamar la atención a los que estaban dentro. Un toque de diana que resultó efectivo porque Higuaín se empeñó en fabricar el mejor gol de la jornada, y probablemente uno de los mejores del curso al enganchar de espectacular volea un centro de Xabi Alonso y clavar el balón en la red del Levante. Un golazo. Y sólo tres minutos después, unas manos dentro del área visitante le permitieron a Kaká anotar desde los 11 metros y obrar la remontada. Y es que en apenas tres minutos, el Madrid sacó a pasear su pegada y anotó dos goles. Los necesarios para anular y superar el tanto inicial de los granotas. Algo muy típico de los blancos.

Si en apenas tres minutos del primer acto el Madrid enjuagó la diferencia con el Levante, la segunda parte iba a ser un poco más de lo mismo en lo que se refiere a la ampliación de la diferencia entre ambos equipos. Los de Mourinho vivieron un duelo tranquilo, con un Levante agazapado atrás más pendiente de intentar estar vivo con el 2-1 que de encajar un gol que le pudiera costar la vida. No en vano, la primera opción clara de peligro no llegó hasta el minuto 66 con un remate de cabeza de Pepe que sacó Munúa como pudo. Eso sí, con la salida al campo de los Cristiano, Di María y Özil, que lo hicieron de forma escalonada, el Levante se fue diluyendo en las manos madridistas.

Y es que en apenas seis minutos, el Madrid logró tres goles que acabaron agrandando la diferencia hasta dejar el marcador en un concluyente 5-1. El primero en subirse al carro goleador del segundo acto fue Cristiano Ronaldo, que remató desde el punto de penalti una gran jugada con envío desde la izquierda de Higuaín. El portugués no faltó a su cita con el gol en Liga, y anotó por cuarta jornada consecutiva. Fue el gol de la sentencia, el que despertó al Levante de la ilusión de puntuar en el Bernabéu.

No se quedaría ahí la diferencia. Mesut Özil, en un intervalo inferior a los cinco minutos, los que transcurrieron entre los minutos 87 y 91, empujó a la red sendos servicios de Cristiano Ronaldo y Di María para hacer más hiriente para el Levante el resultado final en el marcador. Lo que quedó claro es que aun a ráfagas y con el freno de mano echado, el Madrid es una máquina de matar. Y el Levante puede dar fe de ello.