Adiós al curso con victoria y goles

El Real Madrid se impuso por 4-2 a Osasuna en el último partido de la temporada en el Bernabéu.





Si el interés en el partido entre Real Madrid y Osasuna era mínimo, la presencia de Mourinho en el banquillo merengue en su despedida se llevó los focos de atención durante buena parte del encuentro. De hecho, el partido comenzó con la primera ‘guerra’ de la tarde. Los reporteros gráficos y cámaras de televisión no se marcharon del banquillo del Real Madrid hasta que, con el partido ya iniciado, el árbitro se puso firme. Era la primera vez que con los medios de información tan encima, interesados en captar la imagen de Mourinho, se empezaba un partido. Hasta en eso era extraño el día.

La división en el Bernabéu en relación a Mourinho se dejó notar en su despedida. No sólo por ese episodio con los medios, sino desde que se cantó su nombre por la megafonía del estadio. Si decimos que el resultado fue 50-50 nadie lo podrá negar. Habrá que ver la próxima temporada cómo se resuelve este tira y afloja entre los propios seguidores merengues.

Sí, no se han equivocado. Esto es la crónica del partido entre Real Madrid y Osasuna, pero a falta de interés deportivo, la voz de la afición cobraba protagonismo. Decir que el equipo blanco salió relajado al choque igual es hasta ser benévolo. Sin nada en juego y con poco que demostrar, evitar una posible lesión que complicara vacaciones, viajes o en el caso de los españoles la participación en la Confederaciones, parecía prioridad máxima.


El equipo blanco tardó exactamente 34 minutos en hacer su primer remate serio entre palos. Fue gol. Higuaín, que pudo haber marcado en su último partido oficial en el Bernabéu, se presentó delante de Riesgo tras un pase al hueco magistral de Modric. No perdonó el argentino en ese encuentro con el portero rival. No hubo ninguna reacción especial en la gente.

FichaTécnica

Real Madrid 4: Jesús; Essien, Albiol, Carvalho, Arbeloa (Llorente 85’); Callejón, Modrić, Özil (Omar 80’), DiMaría (Nacho 46’); Higuaín y Benzema

Osasuna 2: Riesgo (Ricardo 74’), Oier, Rubén, Unai, Nano; Silva (Maikel 78’), Timor, Cejudo, Torres, Armenteros y Llorente (Onwu 46’)

Goles: 1-0 Higuaín (34’), 2-0 Essien (38’), 2-1 Torres (51’), 2-2 Cejudo (63’), 3-2 Benzema (69’), 4-2 Callejón (88’)

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Pérez Lasa, Unai García

Estadio: Santiago Bernabéu (57.000 espectadores)

No pasaron más que cuatro minutos hasta que el Madrid volvió a hacer diana en su segundo remate a portería. Esta vez fue Essien, uno que tiene la despedida asegurada a final de curso, el que impactó con la testa en el primer palo un servicio desde la esquina. Aquí sí hubo reacción, ya que Essien fue al banquillo a dedicarle a Mourinho el tanto. La gente volvió a mostrar equilibrio, aplausos y pitos cuando se coreó el nombre del técnico. Quedaba claro que el partido sobre la hierba era el secundario, el interesante estaba en las gradas.

Si la primera parte había sido relajada, con las salvedades del duelo por Mourinho y los goles de Higuaín y Essien, la segunda parte empezaba a rozar la siesta. Osasuna, que había tirado a puerta más que el propio Madrid en el primer acto, aprovechó la relajación máxima de los blancos, y el ‘combate’ de la grada sobre la figura de Mourinho para llegar a igualar el partido. Primero con un remate cruzado de Torres en el minuto 51, y posteriormente con un cabezazo Cejudo en el 63’. El partido se había igualado en un abrir y cerrar de ojos.

El ritmo del partido seguía bajando con el paso de los minutos. Una vez más, sólo los gritos de la grada parecían romper con un ambiente de torneo veraniego. Eso sí, a la tercera que tuvo el Madrid, el balón volvió a terminar en la red de Osasuna. En esta ocasión fue Karim Benzema el que acertó a superar la estirada de Riesgo.

Ese gol mató definitivamente el partido de la hierba. El de la grada se seguía jugando con mayor o menor intensidad dependiendo de cómo soplara el viento. El 3-2 parecía que iba a ser el broche final al encuentro, sin embargo, en los minutos finales, un remate de Callejón por debajo de las piernas de Ricardo puso el punto y final a un partido soso que ganó el Madrid. El de la grada, como suele pasar en política, tuvo varios ganadores dependiendo de quién lo valore.