Turienzo Álvarez la lió la pasada temporada en Santander

Dejó al Madrid con nueve y señaló dos penaltis inexistentes







Ayer, hace justo un año, el sábado 14 de abril de 2007, el Madrid visitaba Santander con la necesidad de sacar los tres puntos para continuar en la pelea por la Liga y con su persecución al Barcelona, en ese momento líder del campeonato. Era la jornada 30 de Liga y la diferencia era de dos puntos entre ambos equipos. La victoria blanca hubiera supuesto el liderato momentáneo ya que el Barça jugaba un día después en su feudo ante el Mallorca.

Con esa obligación el Madrid se presentó en el Sardinero y en la primera mitad, gracias a un tanto de Raúl se adelantó en el marcador. Pero ya en la segunda parte, Turienzo decidió que había llegado la hora de ser el protagonista y vaya si lo fue: dos penaltis y dos expulsiones. La primera pena máxima es una entrada de Diarra a Scaloni en la que el argentino se deja caer. La segunda es un agarrón de Cannavaro a Zigic, de los muchos que hay en el área, pero que casi nunca se pitan. Las expulsiones fueron para Iván Helguera por doble tarjeta amarilla, muy rigurosas ambas, y para Mejía, roja directa, tras una entrada a Munitis.

Tras el partido, el colegiado denunció que tanto él como su familia habían recibido amenazas telefónicas de muerte. Finalmente, la sangre no llegó al río y todo quedó en anécdota.

Aquel día, Turienzo casi acaba con las esperanzas del Madrid en la Liga, pero su penoso arbitraje no tuvo finalmente repercusión en el campeonato ya que el Madrid consiguió remontar los cinco puntos de desventaja y ganar así su trigésima Liga. Por suerte, este domingo no volverá a dirigir el partido, sino que será Muñiz Fernández.