Efecto dominó





Martes, 26 de agosto de 2008. El Real Madrid sigue pendiente de la salida de Robinho al Chelsea. El brasileño, influenciado por Wagner Ribeiro, ha decidido salir de un club en el que nunca podrá ser el mejor, según confiesa. No se siente valorado, ni querido y encima se cree segundo plato de Cristiano Ronaldo.

La afición no se puede sentir, ni mucho menos, molesta con el jugador. Salvando la máxima de que la inmensa mayoría de los futbolistas juegan por dinero y para asegurarse una retirada dorada, Robinho esta haciendo lo mismo que el Madrid quería que hiciese CR7 con el Manchester. Si lo hace el portugués, bien; si nos lo hace el brasileño, ¿mal?

A día de hoy y con las voces autorizadas del Madrid pidiendo que se marche, que deje muchos ceros y deje de dispersar la cancentración del equipo, el Madrid puede hacer dos cosas, pero tendrá que hacerlas ya.

La primera es hacerle ver a Robinho que el Real Madrid, su escudo y su afición están por encima de los gustos económicos del futbolísta y que si tiene contrato debe cumplirlo en el campo, en banquillo, el la grada o con el Castilla. La segunda opción es ser coherente con las palabras de Calderon hace unos meses en los que decía que en el Real Madrid no habría ningún jugador a disgusto. Que le abran las puertas y que pidan una cifra alta, no los 150 millones de la cláusula pero si 45 kilos como ya le han comentado a Kenyon.

Con unos 45 millones de euros en las arcas blancas media Europa se puede echar a temblar. El Madrid de por sí es un club muy goloso para jugar y más aún si se tiene dinero para pagar clásulas y demás. La opción Villa es la primera que se abre. Una estrella que no alteraría ni un ápice el vestuario blanco. Compañero y amigo de Casillas, De la Red o Ramos con España, producto nacional de Mareo y con seguro de gol. Morera vende porque necesitan dinero y no sólo a Villa, el Fenerbaçhe busca en Morientes al compañero de Güiza.

Segundo efecto dominó. La salida de Robinho, la llegada de Villa y dos huecos a tapar en la delantera ché. El Valencia no puede gastar todo lo que se le pague porque hay que seguir levantando el Nuevo Mestalla pero necesitan gol y más después de la debacle de la Supercopa.

No volverán a sonar las campanas del Valencia por Etoo pero nunca se sabe. Guardiola se lo ha quedado a regañadientes porque los goles callan al más poderoso. Pero una buena oferta, una buena ficha, podrían dar con Etoo en Valencia.

Otro efecto dominó. Se cae la ficha del camerunés y el Barcelona necesita fichar porque Messi y Bojan no sacan adelante a un equipo que no siempre va a jugar "amistosos" contra el Wisla.

¿Drogba? Ya se dijo que lo tenían atado. Es la pescadilla que se muerde la cola. Al Chelsea le vendría que ni pintado. Tras dejarse muchos millones en Robinho y con Deco marcado goles una buena oferta por el de Costa de Marfil pondría todo en su sitio. Dinero de ida y vuelta.

El cuento de la lechera tiene muchos nombres, muchos jugadores y mucha especulación. Es la mentira del fútbol que nos tendrá sumergidos desde el próximo sábado hasta el mes de junio.

Es posible que Robinho no salga, que se quede a malas en el Madrid y que en enero acabe besando el escudo que le da de comer pero si se va, no será el único.