¡Vaya par!

Soriano y Roig, presidentes de Valencia y Villarreal, intentan fortalecerse a base de antimadridismo





Se llaman Vicente Soriano y Fernando Roig, son los presidentes del Valencia y del Villarreal y ambos son dos personajes que están en entredicho por su propia afición. el primero por haber ocupado su puesto mediante mando a distancia y el segundo, por las enormes vías de agua que ofrece su equipo en la pretemporada. Así que los dos, en sendos ejercicios de hipocresía formidables, han decidido tirar del Real Madrid para ganarse el reconocimiento popular y quedar como héroes ante su afición, aunque sea pasando por encima de David Villa y Santi Cazorla.

La receta, la de siempre: el antimadridismo militante, que vende mucho en las guarderías. El Real Madrid se interesó por la situación de David Villa para ficharle y la respuesta del Valencia instó a una negociación. Los blancos ofrecieron 40 millones más el pase de Saviola o Javi García (una operación que podría tasarse en la frontera de los 47 millones de euros) y Soriano se descolgó, a sabiendas de que su propuesta sería rechazada, con 40 millones más Higuaín o De la Red. Un insulto al madridismo, vamos. Así que la directiva blanca cogió el petate y dejó plantado al Valencia, aún a sabiendas de que David Villa (y no hay más que ver su "cara de alegría" en el acto de renovación) no iba a quedarse en Mestalla precisamente a gusto.

Por otro lado, Fernando Roig, el presidente villarrealense, hizo lo mismo: instó al Madrid a una posible negociación, el club blanco llegó a un acuerdo económico con el jugador y, a la hora de la verdad, solicitó, como bien han filtrado algunos medios, unas condiciones económicas leoninas: la cláusula de rescisión del futbolista más el 43 por ciento de IRPF y no el estipulado 16 por ciento de IVA. Dado que ambos impuestos son incompatibles (si se hace efectivo uno no existe el otro), es cuanto menos sospechoso recelar de por qué el presidente del Villarreal pretendiera una sobrevaloración de 4,32 millones de euros en la operación. ¿Acaso como comisión? ¿Por chulo? ¿Porque tenía que cambiar el alicatado del tendedero? Él sabrá.

Al final, ambos consiguieron lo que pretendían: "si no puedo estafar al Madrid, renuevo al jugador y quedo como el gran héroe ante la afición por haber frenado los impulsos del gigante blanco". Los voceros antimadridistas, que son legión, aprovechan para tratar de torpedear al Real Madrid "porque ya no ficha lo que quiere", sin pararse a discurrir, si es que alguna vez lo hicieron, si es conveniente fichar a precio de estafa. Como la respuesta es que no, Villa y Cazorla se quedan donde están y el Madrid no hace el primo pagando fichajes sobredimensionados, la crítica más feroz de los aficionados en las últimas temporadas.