Una infancia muy dura
Los padres de Keylor Navas decidieron separarse cuando él apenas tenía cinco años. Sus abuelos se encargaron de cuidarle y su abuelo optó por llevarle a una escuela de fútbol para que tuviera su mente ocupada. Fue entonces cuando entró a formar parte del Pedregoso después de que el Pérez Zeledón le descartase en las pruebas de acceso. El problema era que tenía que recorrer diez kilómetros para ir a entrenar y como no tenía manera de llegar, un entrenador se comprometió a irle a recoger cada día.
Tercer mejor portero de la historia de los mundiales
Solo ha participado en un campeonato del mundo de selecciones con Costa Rica, en el de 2014 en Brasil. Sin embargo, su espectacular actuación le sirvió para auparse a la tercera posición de los mejores porteros de la historia de los mundiales en cuanto a porcentaje de paradas. Keylor Navas ocupa el tercer lugar del podio con un 91,3 por ciento de paradas (21 de 23). Por delante de él solo aparecen Walter Zenga, que ocupa la segunda posición con un 91,6 por ciento de paradas, y Gianluigi Buffon, que es el mejor de toda la historia con un 92,5 por ciento.
Un gran creyente de origen merengue
Es un habitual de la Iglesia Evangélica, que fue fundada por Tony Selma, hijo de Antonio Selma, que fuera jugador del Real Madrid en la década de los 70, compañero entonces de Del Bosque. De hecho confiesa que es raro el día en el que no lee algunos de los pasajes de la Biblia. Su relación con la iglesia es muy fuerte y en alguna ocasión ha invitado a sus compañeros feligreses a algún partido.
¿Parentesco con Don Santiago Bernabéu?
Nada más concretarse su fichaje por el Real Madrid, en el verano de 2014, comenzó a hablarse del enorme parecido de Keylor Navas con Don Santiago Bernabéu. El que fuera presidente del club, que le convirtió en el más grande del mundo, tiene una foto de joven en la que se daría un aire al costarricense. Quizá sea más las ganas de encontrar un parecido… ¿o no?.
Un maestro del baile
Keylor Navas es un gran bailarín y no pierde la ocasión para marcarse unos pasos con su mujer. Durante su etapa como portero del Levante llegó a impartir clases a algunos de sus compañeros. Un par de veces a la semana se reunían en la casa del portero costarricense con sus respectivas parejas para aprender a bailar bachata y otros ritmos latinos. A pesar de su timidez llegó a demostrar su destreza en el programa ‘El Hormiguero'.
Campeón de peonza
Es como si todo lo que hiciera lo hiciera bien. Además del fútbol y del baile, Keylor Navas es todo un experto a la hora de manejar la peonza, como también demostró en ‘El Hormiguero’. El costarricense pasaba parte de su infancia jugando a este juego y según ha ido creciendo ha ido manteniendo la costumbre de jugar de vez en cuando, lo que le ha permitido mantener su gran destreza.
Su mujer y sus hijos, sus amores
Keylor Navas conoció a Andrea Salas, ex modelo, en una reunión de su iglesia y, aunque en un primer momento solo eran amigos, luego comenzaron una relación que culminó en una boda civil en 2009. Ella ya tenía una hija de una relación anterior, pero él adoptó a Daniela como si fuera su propia hija. En marzo de 2014 nació Mateo, el primogénito del portero. Hace unas semanas surgieron rumores de un nuevo embarazo, aunque ninguno de ellos lo ha confirmado aún.
Video-invitación de boda
En el año 2015 Keylor Navas y Andrea Salas decidieron casarse de nuevo, aunque en esta ocasión por la iglesia. Sin embargo, lo más llamativo fue la invitación de boda que mandaron a sus amigos y familiares. La pareja envió una video-invitación en la que se les podía ver a los dos explicando las razones que les llevaban a dar este paso de una manera muy peculiar.
Un estadio con su nombre
La ciudad de Pérez Zeledón, de la que es natural Keylor Navas, decidió en 2014, después del Mundial de Brasil, cambiar el nombre del estadio municipal. Lo curioso es que en ese campo juega el Pérez Zeledón, que fue el mismo equipo que desestimó la incorporación del ahora portero del Real Madrid cuando apenas era un niño. Quizá una decisión de la que aún se deben estar tirando de los pelos.
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