El conjunto blanco no atraviesa un buen momento por un cúmulo de errores y malas decisiones
Desde bien pequeño, mi madre me decía que el tiempo pasaba muy rápido y que disfrutase al máximo las diferentes etapas de la vida. Yo, iluso de mí, no le hice mucho caso, de modo que no le di valor a aquella infancia y adolescencia. Ahora, me pasa algo parecido con el Real Madrid.
Parece que fue ayer cuando estaba en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas para coger un avión e irme a Lanzarote para ver la última final de Champions con mi padre, ese que me inculcó el madridismo. Aquella noche, a pesar de que trabajaba, lo pasamos de maravilla.
Una vez más, vimos al Real Madrid ganar la Copa de Europa. Ya eran 15. Alucinante, pero lo más grande de todo es que pensábamos en la 16.
Días después el club anunciaba la llegada de Kylian Mbappé, que era y creo que sigue siendo uno de los mejores del mundo. Corrían buenos tiempos para el madridismo. Mientras tanto, el FC Barcelona, nuestro eterno rival, hacía el ridículo durante el mercado veraniego. El ‘caso Nico Williams’ es claro ejemplo de ello.
Pero ahora, todo ha cambiado. Se ha revertido la situación y tengo la sensación de que estamos incrédulos por lo que está pasando.
No damos crédito al ver a un Madrid que, aparentemente con la mejor plantilla del mundo, hace un fútbol plano, apático y muy horizontal. El hecho de ver algunos partidos ha llegado a ser aburrido y desesperante.
Utilizo esta pregunta en honor al gran José Mourinho. Seguro que muchos se acuerdan de aquella famosa rueda de prensa en la que el portugués cargó contra los colegiados tras la ida de las semifinales de Champions frente al Barça. ¿Por qué? Se preguntaba el de Setúbal una y otra vez. Años después, por cierto, todo está saliendo a la luz.
Pues bien, eso mismo me cuestiono yo tras ver estos primeros meses de competición. No reconozco al Real Madrid en muchos sentidos y hay ciertas decisiones complicadas de comprender. Veo a algunos futbolistas fuera de tono, a un Ancelotti perdido y una dirección deportiva que tal vez no ha reforzado ciertas demarcaciones como tendría que haber hecho.
Siendo sinceros, la situación me tiene preocupado. Es cierto que estamos vivos en todas las competiciones, pero tengo la sensación de que el panorama en unos meses puede ser un auténtico drama como no se mejore rápidamente. Lo peor de todo es que no veo indicios de que el equipo vaya a evolucionar a positivo. Dicho coloquialmente, no hay brotes verdes.
Desde el pasado 14 de agosto, día en el que ganamos la Supercopa de Europa, nos estamos acordando de Toni Kroos. El alemán era el encargado de construir el fútbol del equipo. Era un faro con esos pases milimétricos. Es evidente que no hay futbolista como el teutón. Al fin y al cabo estamos hablando de uno de los mejores centrocampistas de la historia.
Pese a ello, me niego a creer que todo se base en esto. La campaña empezó mal con aquel empate en Mallorca en la jornada 1 del campeonato nacional de liga. No obstante, esa noche se jugó una primera parte notable, pero el equipo empeoró por completo en la segunda, llegando al punto de que estuvo a punto de perder.
Pues bien, ese encuentro es un claro reflejo de lo que está sucediendo con la campaña del Real Madrid. Está yendo de más a menos y los aciertos se minimizan y los errores se están maximizando. Fallos en defensa impropios de jugadores de primer nivel, decisiones de Ancelotti difíciles de entender, Mbappé desaparecido, Tchouaméni irreconocible… en fin, es una lista con un gran número de cosas.
Hay muchos señalados, pero lo que más me enfadó y, a su vez, me motivó a escribir este texto en modo de reflexión, es algún que otro problema de actitud en el partido frente al Milan. En una noche de Champions en Chamartín se vieron cosas que no se deben reflejar en un terreno de juego. Por esto, y porque no jugamos a nada, el madridismo se desesperó y pitó al equipo. Lógico y normal (lo dice uno que no suele defender esos silbidos).
Lo esperanzador es que hay tiempo para salvar el curso y poder terminar todos en Cibeles celebrando algún que otro título importante. No obstante, en Valdebebas se debe de hacer mucha autocrítica.
Entrenador y jugadores tienen que mirarse a la cara, reflexionar y decirse los errores unos a otros. Florentino Pérez, por su parte, tendría q el visto bueno a acudir al mercado invernal. La plantilla ‘cojea’ en la línea defensiva.
Es momento para que este equipo demuestre que tiene unidad, cualidad que le ha caracterizado durante los últimos años. Me niego a pensar que la llegada de Mbappé lo ha cambiado absolutamente todo. No puede ser.
El galo, que no está en buena forma, dispone de todas las cualidades para hacer historia con la elástica blanca. No quiero creer que vaya a fracasar. Deseo que las ‘pelotitas’ que no le entran ahora, empiecen a ser goles desde el próximo partido.
El madridismo tiene que ser crítico, como considero que estoy haciendo con estas líneas, pero, al mismo tiempo, hay que apoyar a los nuestros para entre todos intentar sacar esta dinámica de resultados adelante.
Son tiempos complicados, pero hacía tiempo que no se pasaba por uno de ellos. De hecho, ya ni me acordaba y es ahora cuando más hay que alentar a nuestro querido Real Madrid, que ahora mismo se encuentra ‘malito’, pero estoy convencido de que resurgirá porque siempre lo hace. No lo olviden.
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