Sombras alrededor del fútbol

Confieso que me gusta el fútbol, pero estoy lejos de aceptar ese apasionamiento que es caldo de cultivo para que los jugadores perciban unos emolumentos de fábula, astronómicos, por una profesión que, pensando fríamente, no tiene más trascendencia que golpear un balón y conseguir la palabra suprema que es el gol.

Para muchos aficionados el fútbol les sirve para dejar por un momento sus problemas cotidianos y para soltar la ira de sus frustraciones y llamarle maricón, cornudo e hijo de p... al árbitro. No es la gramática lo que se aprende en los campos de fútbol.

Se calcula que los aficionados que acuden a los estadios cada domingo -sólo en equipos de primera división- superan los 650.000 que pagan buen precio por las entradas o por su condición de socios.

 Me decía un viejo amigo farmacéutico que si cada uno de estos aficionados donara a título de limosna un solo euro en cada partido (sin contar los de la Copa del Rey), se recaudarían cada mes 2.600.000 euros (432.588.000 pesetas), que serían agua bendita para destinar a esos científicos que se queman las pestañas en los laboratorios para ver si descubren la solución para curar o atenuar el cáncer, sida, diabetes, parkinson o alzheimer, entre otras enfermedades que azotan a la humanidad.

Pero lo antes dicho solamente son sombras alrededor del fútbol y me estaba apartando de Mourinho, al que ciertos sectores de los medios de comunicación lo califican 'como el mejor entrenador del mundo'. Y esto no lo entiendo muy bien, porque Mourinho no consiguió ningún título mundial sino europeo.

 Mourinho llegó al Real Madrid y con una plantilla en donde ya estaban Cristiano Ronaldo, Kaká, Iguaín, Xabi Alonso y otros de categoría. Pidió y el señor presidente le concedió los fichajes de Di María, Ozil, Khedira, Carvalho y Adebayor, y si fueran jóvenes puede que también Di Stéfano, Pelé y Maradona.

 No olvidemos que el Real Madrid ha conseguido la Copa de Europa en cinco ocasiones consecutivas. Las dos primeras con Villalonga como entrenador y las tres siguientes con Carniglia, si bien el último trofeo, temporada 1959-1960, el Madrid tuvo tres entrenadores: Carniglia, Miguel Muñoz y Manuel Fleitas.

Se dice que con buena harina cualquiera hace buen pan, pero ¿sería Mourinho capaz de hacer campeón de liga al Almería o Getafe, por ejemplo? El mejor calificativo de 'mejor entrenador del mundo', por méritos propios -no fue de un equipo sino de selección nacional- le corresponde a ese señor llamado Vicente del Bosque.

  El mismo que aunque siente el estrés no gesticula, no escenifica con gestos ante las cámaras. Del Bosque es ese preparador técnico (hoy seleccionador nacional) que después de ganar la Liga con el Real Madrid lo pusieron de patitas en la calle. Son cosas de los ínclitos, de los conspicuos del fútbol que luego derrochan el dinero sin conseguir sus objetivos. Ver para creer.