Los negocios sucios de Laporta

Joan Laporta tiene una buena montada en su Junta directiva. El acuerdo al que llegó con los responsables del club uzbeko Bunyodkor tiene soliviantada a su plebe dirigente. El presidente se comprometió a llevar al equipo a la inauguración del nuevo estadio del club en Tashkent y que se espera sea este verano.

Los dirigentes azulgranas están convencidos de Joan Laporta llevará al equipo pasando por encima de todos, a pesar de las denuncias del periódico inglés The Observer, quien descubría la trama que hay detrás de este club y que señala directamente al dictador que maneja el país a su antojo, Islam Karimov y su hija mayor Gulnara Karimova.

'The Observer' destapó que en el régimen de Karimov existe la tortura ni la extorsión. El Barça se llevaría un buen pellizco por el amistoso, pero el pensamiento generalizado dentro de la junta es que no es lo más sensato tener contactos o negocios con un club al que sostiene un régimen que han sido denunciadas por Amnistía Internacional.

Relaciones con un hombre de Cruyff

A pesar de todo, Laporta está dispuesto a llevar a cabo el desplazamiento y jugar el amistoso y cumplir así el acuerdo suscrito con el Bunyodkor. Además, se señala a Joan Patsy, hombre de Cruyff y con el que Laporta mantiene contactos habituales, como el intermediario de toda la operación.

En definitiva, oscurantismo en toda esta trama que tiene secuestrada la voluntad de la Junta directiva barcelonista, contraria a seguir manteniendo relaciones con el club uzbeko, pero Laporta se mantiene firme sin que se sepa muy bien qué negocios sucios podría haber en toda esta relación extraña y estrambótica.

 



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