Casquero-Pepe y Alcalá Meco

Aún anonadado tras lo visto en el Bernabéu el pasado martes, no quisiera dejar pasar la ocasión de hacer un pequeño repaso, no ya de lo sucedido en el campo, sino de la resaca que dejó el partido. En primer lugar, Javier Casquero. Valiente por tirar ese penalti en Bernabéu, dicen unos. Qué hipocresía. Me pareció el gesto más chulesco y con más ganas de acaparar protagonismo de los últimos años. Intentó hacer de menos al Real Madrid (puede que soñando con el blanco tras su pasado atlético), a Juande (curiosamente fue el que le largó del Sevilla) y, sobre todo, a los suyos porque, en el fondo, su objetivo era ocupar la totalidad de las portadas del mundo futbolístico con un penalti que hubiera engañado a la mayor parte de los cronistas de este país. Por todo ello, querido Javier, te está muy bien merecido el ridículo que hiciste. La próxima vez piensas más en tu equipo que en la fotito del periódico de turno para poner en casa y fardar ante los colegas.

Lo que me pareció una pasada fue escuchar a determinados periodistas hacer el análisis post partido del Real Madrid-Getafe. En la tertulia de los compañeros de Onda Madrid llegué a escuchar voces que comparaban la acción de Pepe y Casquero con la agresión de los Boixos a los chavales del equipo de Rosario Central. No tuve más remedio que esbozar una sonrisa. Por favor, señores, que estamos hablando de criminales ¿Merece Pepe ir a la cárcel? ¿Fichará por el equipo de Alcalá Meco? Según algunos, el portugués debería cumplir penitencia entre barrotes. Lo que hay que oír. Nos hemos vuelto locos.

Eso sí, no exculpo a Pepe. Se le fue la olla, la pinza, la cabeza y cualquiera de las metáforas que ustedes puedan imaginarse. El Comité dictará sentencia y será entonces cuando podamos debatir si es justa o injustamente juzgado el jugador portugués pero, hasta entonces, no seamos demagogos y hagamos comparaciones estúpidas con cosas que no corresponden.

Por último, no quería dejar pasar la oportunidad de apuntar varios detalles. Qué pena que Higuaín tenga que meter dos goles en un partido para valorarle como se merece cuando otros viven de goles de la época del Jurásico (estoy esperando de una vez un grito de Pipa, Pipa por parte de la afición del Bernabéu). Arshavin metiendo cuatro goles en el campo del Liverpool y Faubert no sabiendo ni qué días entrena el equipo. Y, sobre todo, que no nos engañen, el Madrid tiene un par de pelotas, sí, pero qué mal juega este equipo.



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