Como era voz populi, el Real Madrid puso en el mercado al pívot heleno durante el pasado verano. Con tal de poder colocarle, el club blanco anunció que estaba dispuesto a asumir la mitad de la ficha del jugador (unos dos millones de euros por temporada) y a cederlo una temporada de manera gratutita para que fuera una pieza codiciada. Y cuando la directiva del Regal tuvo conocimiento de ello, mostró su interés por hacerse con el jugador, antes de que decidiera fichar a Daniel Santiago.
Sin embargo, Antonio Martín y Alberto Herreros, responsables de la sección de baloncesto del Real Madrid, decidieron frenar en seco ante la operación al enterarse de que el destino del pívot heleno sería el Palau Blaugrana. Y bien hecho, además, porque sería lo último que un jugador del eterno rival estuviera pagado a pachas. Algo que hubiera resultado peor que lo de Etoo. ¿O no?
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