Desde Serbia sin perdón

El Madrid mantiene el liderato con solvencia tras vender al Joventut (84-70). Velickovic y Llull, los mejores del partido por su entrega y anotación. El serbio logró 29 puntos y 12 rebotes, una pesadilla para el Joventut





El ver al equipo visitante por encima en el marcador en el primer acto (9-14 min.5) es algo a lo que la afición se ha acostumbrado. Y lo ha hecho porque luego se resuelven los partidos. Es lo que tiene ver en un plantel a hombres como Lavrinovic, Velickovic o Llull. Los tres tuvieron sus diversos momentos on fire durante la primera mitad. Mientras el lituano comenzó anotando todo lo que lanzó, de dos y de tres a partes iguales, los otros dos surgieron desde el banquillo para dotar al Madrid de físico y acierto, además de defensa, características que no habían tenido acomodo en los primeros compases del juego blanco.

Ficha técnica:

84 - Real Madrid (17 23 20 24): Prigioni (7), Hansen (9), Garbajosa (4), Lavrinovic (9) y Bullock (2) -equipo inicial-, Velickovic (29), Vidal, Kaukenas (8), Llull (16)

70 - DKV Joventut (20 18 16 16): Tripkovic (11), Valters (3), Hernández-Sonseca (2), Koffi (14) y Tucker (27) -cinco inicial-, Bogdanovic (3), Jelinek (4), Bueno, Norel, Tomás y Fernández (6).

Árbitros: Xavier Amorós, Vicente Bultó y Castillo. Valters (m.34) fue eliminado por cinco personales.

Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada de la Liga ACB disputado en el Palacio Vistalegre ante 8.200 espectadores. En el descanso, Héctor Barberá, subcampeón del mundo de 250 cc, entregó a Felipe Reyes el casco con el que participó en la última carrera de la temporada.

Mientras Llull corría la pista como si de un atleta de 100 ó 200 metros se tratara, el Joventut se desesperaba. Y es que el ‘23’ merengue utilizó una de sus mejores armas, las piernas, para levantar defensiva y ofensivamente al Madrid. Un par de recuperaciones y otros tantos contraataques le sirvieron para que el ‘Llull, Llull, Llull’ habitual de Carabanchel tronara una vez más en Vistalegre. Junto a él emergió la figura de Velickovic. El serbio comenzó por el trabajo sucio, pegándose por el rebote, y tiró de pluma estilográfica para firmar un par de acciones dignas de un base playground que acabaron en reverso hacia el aro y canasta. Él se convirtió en el sustento ofensivo de los de Messina con 17 puntos al descanso (40-38).

VELICKOVIC VS TUCKER

Al recital del jugador serbio merengue se sumó un inesperado comparsa, el alero del Joventut, Clay Tucker. Este clon físico del crack de los Houston, Tracy McGrady, sacó la muñeca a pasear desde la línea de tres puntos para encoger el corazón de la parroquia blanca en tres y oportunidades. Con el duelo de pistoleros abierto, el marcador se apretaba. Con el Madrid siempre arriba pero con diferencias cortas que nunca llevaban al doble dígito (60-54 min.30).


Sin embargo, al Joventut se le comenzó a marchar el partido en el momento en el que Llull volvió a hacer rugir a Vistalegre con dos triples consecutivos y un mate estratosférico en el que se llevó por delante a media defensa visitante. Olía a punto y final por más que aún restaban siete minutos de partido. Pero el Madrid ya bailaba con ese colchón superior a los 10 tantos que tanto duele psicológicamente. Y eso los blancos lo aprovecharon. El final fue plácido y lúcido. Un contraataque de Llull y Prigioni puso la guinda. Hoy no fueron los lituanos los que resolvieron. El turno en esta ocasión fue para un serbio y un español. Y es que este Madrid es así. Por algo es el líder invicto de la ACB.