El Madrid conserva el segundo puesto a base de triples

Los blancos ganaron plácidamente al Valladolid (91-71). El debut de Almond, que anotó 14 puntos, fue muy positivo y esperanzador. El equipo de Messina, que anotó 18 triples, se mantiene segundo en la ACB.





A priori, un partido ante un equipo de la parte baja de la Liga no debería suponer excesivo aliciente para el Madrid. Sin embargo, el choque ante Blancos de Rueda traía consigo el debut de un nuevo jugador en el equipo de Messina, el americano Morris Almond. Algo suficiente a lo que agarrarse, además de mantener la pelea con el Caja Laboral por la segunda plaza de la competición ACB. Puede parecer poco o mucho. Depende del ojo con el que se mire.

Llull con el punto de mira atinado

Lo que se vio claro desde el primer momento es que Valladolid no vino a Madrid a pasar la mañana a pesar del resultado final. Los visitantes dieron la cara desde el primer momento, lo que obligó al Madrid a desperezarse con apremio ante las canastas de los pucelanos. Garbajosa fue el primero de los madridistas a los que se agarró el ataque de Messina para hacer buena la estrategia de la supervivencia. Siete tantos del madrileño hicieron que el Madrid tomara la delantera tras un inicio titubeante (15-11 min.6).  Pese a ello, eran los visitantes los que dominaban el tempo del choque con un acierto inusual desde más allá de ese arco del triunfo llamado triple. Diego García, Dumas y hasta un pivot como Battle se enfrascaron en la batalla del tiro de tres puntos con acierto impactante (32-33 min.15).

FICHA TÉCNICA:


Real Madrid (20 27 24 20): Lavrinovic (17), Garbajosa (12), Prigioni (3), Velickovic (5) y Llull (17) -equipo inicial-, Jaric, Reyes (8), Vidal (2), Kaukenas (11), Almond (14) y Tomic (2).

Blancos Rueda Valladolid (24 21 15 11): Van Lacke (12), García (16), Báez (8), Dumas (8) y Battle (14) -equipo inicial-, Chase (3), Barnes (2), López (6), Ortega (2), Puyada y Baldo.

Árbitros: Xavier Amorós, Francisco J. Araña y Carlos Peruga. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada de Liga ACB disputado en el Palacio Vistalegre ante 7.800 espectadores.

El Madrid se dejó guiar por las manos de Llull para tratar de poner todo en orden. El balear tomó el testigo de Garbajosa y con cuatro triples sin fallo le devolvió la delantera al Madrid en el luminoso. El 23 encontró el apoyo de la pareja lituana formada por Kaukénas y Lavrinovic, que permitieron un intento de despegue de los de Messina (42-35 min.17). Sin embargo, Diego García y Van Lacke abortaron esa maniobra merengue y, al descanso, prácticamente devolvieron la igualdad al intermedio (47-45 min.20).

Almond hizo buena su fama de cañonero

Pese a todo, la diferencia de calidad entre uno y otro contendiente era evidente. Los blancos, aun a medio gas, encontraron en el arte del 6.25 su desatascador particular para empezar a asfixiar a un Valladolid que, hasta mediado el tercer cuarto, había vivido relativamente plácido. Fue entonces cuando emergió la figura de Almond. El yankee venía precedido de una gran fama de artillero. En Vistalegre lo demostró en un pequeño intervalo de tiempo. El justo y necesario para levantarse en tres ocasiones desde el triple, desde sendas esquinas en las dos primeras y otra, la tercera, frontal. Los tres lanzamientos fueron al interior de la cesta (69-58 min. 28). Si se adapta pronto al equipo, Messina debería sacarle el provecho necesario, especialmente, si los equipos utilizan la zona para amedrentar a los blancos.

Todo era cuestión de tiempo para que el Madrid materializase su victoria. Y, finalmente, lo hizo en plan apisonadora. Prigioni y Lavrinovic interpretaron a las mil maravillas el arte del Pick and roll. Con el primero asistiendo y el segundo martilleando desde fuera, el Madrid se marchó definitivamente del marcaje del Valladolid (80-65 min.33). Almond dejó algún detalle demostrando que también sabe anotar desde la zona. El americano se llevó una gran ovación cuando Messina decidió cambiarle poco antes del final del choque. Su debut fue una grata noticia. Como también lo fue la implicación que demostró Kaukénas a pesar de todo lo que se había dicho a lo largo de la semana sobre su posible salida del equipo. El final acabó siendo mucho más plácido de lo que se esperaba en un principio. Así las cosas, los blancos mantienen esa segunda plaza que, de cara a pasar el justificante de la temporada, puede ser muy útil pensando en los play off.

Fotografía portada: realmadrid.com