Laso acalla a las voces críticas

El técnico vasco llegó cuestionado, pero se ha convertido en un verdadero líder





La llegada de Pablo Laso al Real Madrid ha significado una enorme tranquilidad para el club, que poco a poco ha visto cómo el vasco se convertía en el auténtico líder del vestuario. Laso está manejando a la perfección un equipo que él mismo diseñó, y que ha cubierto muchas de las carencias que lastraron el rendimiento del grupo en anteriores temporadas. Además, los resultados están acompañando y los blancos han terminado líderes del complicadísimo grupo de la muerte en Euroliga y caminan al lado del Barcelona para hacerse con el liderato de la Liga.

Las dos próximas jornadas podrían decantar la balanza en favor del cuadro merengue si consigue imponerse al Joventut de Badalona en la última jornada del año y logra vencer en el clásico del próximo 4 de enero. Dos partidos que se antojan vitales para mantenerse en lo más alto de la tabla, pero que, en caso de no lograr acabarlos como líder en solitario, no harán más que fortalecer las defensas de esta plantilla. Esa es la mentalidad que ha aplicado Laso al equipo: aprender de los errores, ir mejorando, partido a partido, tal y como ha demostrado en lo que va de temporada.

El técnico madridista ha logrado eso y mucho más. Entre sus victorias se encuentra también el haber hecho olvidar rápidamente las salidas de Rudy Fernández e Ibaka, dos NBA que dieron gran rendimiento al equipo, pero que no han hecho resentirse su equilibrio. La bronca que se llevaron los jugadores blancos durante un tiempo muerto en Turquía ejemplifica lo que Laso está inculcando en los suyos: "Esto es un partido de Euroliga. Hay televisión. Lo de enfrente es el Efes. Si alguno no quiere jugar, que lo diga", dijo sin ambages Laso ante la sangría que estaba viendo sobre la cancha. El resultado no fue otro que una reacción espectacular del equipo y una remontada de lujo. De momento, Laso ha callado a sus críticos. Los resultados, al final, serán mejores o peores, pero la batalla del respeto ya es difícil que la pierda.