Guardiola, el ídolo caído de la 'Caverna' culé

El Infiltrado pone cada semana el dedo en la 'llaga' de la culerada





1. Neymar, obligado a pedir perdón

Al entrenamiento siguiente tras el empate ante el Sevilla –el equipo tuvo el domingo día de descanso–, los capitanes se reunieron antes del entrenamiento con el jugador para pedirle explicaciones por su conducta y para que hiciera un acto de contricción público porque con su actitud le había faltado el respeto a los compañeros.  Los capitanes también le recomendaron que hablara con Luis Enrique para evitar que la situación se acabara enquistando innecesariamente. Neymar aceptó sin ningún tipo de reparos los consejos de los capitanes, reconociendo que su postura no había sido la más adecuada y que el vestuario se merecía una explicación. Así pues, Neymar esperó pacientemente a que llegaran todos los jugadores para encerrarse dentro del vestuario con la plantilla y pedir públicamente perdón por su actitud, asumiendo que no había mostrado el respeto debido a los compañeros con sus gestos (...) y que no lo volvería a repetir.

Respuesta del Infiltrado: El penoso comportamiento de Neymar en Sevilla aún colea. El brasileño le puso muy mala cara a Luis Enrique cuando este le cambió en el Sánchez Pizjuán e incluso se permitió el lujo de hacerle gestos despectivos. Por eso un diario catalán asegura ahora que el futbolista tuvo que pedirle perdón a sus compañeros y a su entrenador al día siguiente. Pero no crean que lo hizo por propia iniciativa, ya que al parecer tuvieron que ser los capitanes del equipo los que le advirtieran de su error y le 'obligaran' a dar el paso para subsanar su afrenta. Así que no está muy claro si realmente sus disculpas fueron sinceras o si, en cambio, lo hizo para calmar las aguas del vestuario.


2. El 'filósofo' ahora ya no es tan perfecto como decían antes


Ya de naturaleza inquieto, Guardiola está especialmente agitado esta temporada por culpa de las lesiones, un sentimiento que se ha acrecentado en los últimos días tras las bajas de Robben y Lewandowski. Guardiola lamenta todas las ausencias (Alaba y Badstuber se suman a las anteriormente citadas) y el poco ritmo de otros jugadores que acaban de superar una lesión (Javi Martínez y Ribéry). También las pocas rotaciones que ha podido efectuar durante el curso, en el que ha ganado la Bundesliga pero no la Copa. Entiende que esa circunstancia le hace llegar en inferioridad de condiciones a las semifinales de la Champions. Será la primera vez que juegue en el Camp Nou como visitante y le hubiera gustado hacerlo en disposición de llevarse la victoria. Ahora, pesimista por naturaleza, no lo cree así.

 

Respuesta del Infiltrado: Resulta que el 'perfecto' Pep Guardiola ya no lo es tanto. Después de presumir durante años de que era el mejor entrenador del mundo, ahora los medios culés aseguran que el entrenador está preocupado porque no sabe cómo frenar al Barcelona. Pero lo que olvidan es que él es el técnico que mejor conoce de todo el mundo a la mayoría de los jugadores culés, especialmente a Leo Messi. Por eso sabe perfectamente cómo puede pararle mejor, ya que le entrenó durante varios años. Aunque lógicamente en la Ciudad Condal ahora él será el 'malo', por lo que toca decir que está perdido y no sabe muy bien cómo 'meterle mano' a su ex equipo. ¡Cómo cambian las cosas en cuestión de tres años!


3. Bartomeu, erre que erre

Precisamente uno de los temas extradeportivos que ha marcado la agenda del FC Barcelona durante todo el año ha sido el 'Caso Neymar'. Bartomeu volvió a exponer su buen hacer en el fichaje del brasileño y está convencido que su imputación no le afectará de cara a la próxima cita electoral. "El 'Caso Neymar' no me penaliza en las próximas elecciones. No hemos hecho nada incorrecto. Tengo tan claro que no he hecho nada mal que por eso me presentaré a las elecciones", expuso.

 

Respuesta del Infiltrado: Jordi Bartomeu es un personaje digno de estudio. No por su comportamiento, nada más lejos de la realidad. Sino por su capacidad para mantenerse firme en una postura a pesar de que la realidad demuestra que Sandro Rosell y él hicieron muchas cosas mal en el fichaje de Neymar. Con el Barcelona y él mismo imputados por la contratación del brasileño, suena bastante increíble que todavía este señor intente vender a  la opinión pública que en el club no ha pasado nada y que esto no le penalizará en las próximas elecciones. Y es que ante ello sólo cabe plantearse dos posibles opciones: o Bartomeu no se entera de nada y no es consciente de su gran problema o se cree que la gente es tonta y puede tomarle el pelo a placer. 


Pep Guardiola y Manel Estiarte

4. Messi, generoso con 0-7 en el marcador

A la que pudo, Messi devolvió al gesto al brasileño y cedió a este la potestad de lanzar el penalti que supuso el 0-7. Un hecho que contrasta con una jugada que vimos en la jornada anterior en el Real Madrid-Almería. En aquel encuentro Arbeloa no cedió el balón al luso y marcó el gol, lo que enfadó al actual Balón de Oro, que ni tan solo celebró el tanto del equipo.

 

Respuesta del Infiltrado: Durante el último fin de semana el barcelonismo ha 'babeado' por el gesto de Messi en el que el argentino dejó a Neymar tirar el penalti del 0-8 ante el Córdoba. Minutos antes el brasileño le había cedido un gol a su compañero, por lo que este le devolvió el gesto para que no se fuera de vacío del partido. Fue un detalle bonito, pero que tampoco tiene mucha vuelta de hoja si se tiene en cuenta que el partido estaba sentenciado desde hace mucho. Ya se sabe que cuando las cosas van bien es muy fácil poner buena cara y en los momentos malos es cuando hay que demostrar las cosas. Y ahí es cuando precisamente Messi suele defraudar, tal y como hizo en las Navidades pasadas, cuando prefirió no entrenar después de una derrota justo el día en que el Barcelona se debía ejercitar en su jornada anual de puertas abiertas...


5. Goleada al colista descendido y euforia desatada

VAYA TEMPORADÓN. Queda lo más difícil. Un final trepidante de temporada que marcará la nota final del equipo. Y, aunque parezca mentira, el Barça puede ganarlo todo en un mes o tirarlo todo por la borda. Sería injusto fallar ahora en el momento decisivo, pero el fútbol nunca se acuerda de los segundos y muchos olvidarían la estratosférica campaña que están realizando los azulgrana con el mando de Luis Enrique si la suerte les da la espalda. Porque el trabajo está hecho y la delgada línea que separa el éxito del fracaso se dirimirá en solo siete partidos de infarto. Dicho esto, el mérito de que este Barça haya renacido tiene mucho que ver desde el banquillo. Y ya no solo por las imponentes goleadas de las últimas semanas sino porque los números y la sensación de equipo ganador es insultante.

 

Respuesta del Infiltrado: Que el Barcelona está ahora mismo en una situación envidiable y privilegiada es algo que no puede negar nadie. Y que puede acabar todo en fracaso para ellos es algo que tampoco se puede negar. Porque a lo largo de este año la prensa culé se ha caracterizado por ser muy veleta con Luis Enrique, ya que han pasado de adorarle a pedir su cabeza en enero y de ahí a volver a pedir su continuidad sólo unas semanas después. Como es de sobra conocido, los resultados mandan y si el equipo culé acaba perdiendo la Liga y la Champions en los próximos días al asturiano no le quedará ni un solo apoyo entre los periodistas afines al conjunto catalán. Al tiempo.

VAYA TEMPORADÓN. Queda lo más difícil. Un final trepidante de temporada que marcará la nota final del equipo. Y, aunque parezca mentira, el Barça puede ganarlo todo en un mes o tirarlo todo por la borda. Sería injusto fallar ahora en el momento decisivo, pero el fútbol nunca se acuerda de los segundos y muchos olvidarían la estratosférica campaña que están realizando los azulgrana con el mando de Luis Enrique si la suerte les da la espalda. Porque el trabajo está hecho y la delgada línea que separa el éxito del fracaso se dirimirá en solo siete partidos de infarto. Dicho esto, el mérito de que este Barça haya renacido tiene mucho que ver desde el banquillo. Y ya no solo por las imponentes goleadas de las últimas semanas sino porque los números y la sensación de equipo ganador es insultante.