En la primera parte, los errores arbitrales se repartieron prácticamente por igual. Y es que el trencilla Delgado Ferreiro benefició a ambos conjuntos con sus fallos. En primer lugar, dejó a tres jugadores del FC.Barcelona sin amonestar en acciones que claramente merecían una tarjeta amarilla. La primera de todas, ya con 0-1 en el marcador, una dura entrada de Piqué sobre Munitis cerca del área blaugrana. El árbitro sancionó la falta, pero no creyó justo mostrar una tarjeta a pesar de la virulencia de la patada a ras de suelo. Por otro lado, también obvió una amarilla a Messi después de pisar al portero Toño en un balón dividido al que el argentino llegó muy tarde. Y por último, Delgado Ferreiro tampoco sancionó con tarjeta amarilla a Maxwell a pesar de que castigó con penalti un empujón a Francis por detrás.
Precisamente esa jugada del penalti fue muy protestada por los jugadores del Barcelona. Y con razón, pues lo cierto es que el empujón de Maxwell a Francis es fuera del área, a pesar de que el jugador racinguista cayó dentro. Valdés, con su parada, devolvió la justicia al fútbol. Otra jugada muy protestada por Villa antes del descanso fue el gol que le anularon al borde del descanso por fuera de juego. Aunque esta vez Delgado Ferreiro acertó, pues el delantero blaugrana estaba ligeramente adelantado a los defensas locales.
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