La hipocresía hace mella en Rosell

El presidente del Barcelona se 'pica' tras el empate de los suyos en Cornellá





Si alguien escuchó las palabras de Sandro Rosell ayer tras el derbi catalán, puede comenzar a darle la vuelta a las palabras que pronunció el presidente azulgrana para entender la naturaleza de las mismas. El directivo azulgrana se marchó bastante escocido de Cornellá tras el empate y tras sentir en sus carnes lo que tanto tiempo lleva sintiendo el Real Madrid, el dolor por los errores arbitrales. Sin embargo, Rosell trató de hacer creer que no le importa el penalti no señalado por Turienzo, una actitud que muchos venerarán pero que sólo es fruto de la más absoluta hipocresía.

"Hay un árbitro y si él no lo ha visto no hay penalti, el que manda es el árbitro y yo sólo veo lo que pita el árbitro", señaló el presidente azulgrana, consciente de que el Villarato es un 'hoy por mí, mañana por tí'. Los colegiados compensarán tarde o temprano este error, y para entonces los culés ya tendrán la excusa de que en Cornellá le quitaron un penalti en el último minuto. Quizá por eso Rosell hizo por conformarse, al menos ante los medios, aunque su cara no reflejaba las palabras que pronunciaba: "Estoy tranquilo, esto siempre lo hemos dicho, es muy largo, es un empate y obvio que siempre queremos ganar pero no pasa nada, el Espanyol ha luchado mucho, un empate está bien".

Por otro lado, insinuó que el resultado había sido injusto al asegurar que no está en sus manos hablar sobre eso: "No soy quién para decir si es justo o no, es un buen reparto de puntos y nada que decir", expresó. Finalmente, pronunció las mágicas palabras "cambio de ciclo" y definió como un "circo" el mundo del fútbol: "Ahora empezaremos que si cambio de ciclo... es el fútbol y habrá que aguantar esta semana, es lo que forma el circo este del fútbol...", concluyó.