Mientras en el fútbol español exista un ser como Jaume Roures, que quita y pone a su antojo (salvo en el caso del Barcelona), a los demás sólo les queda callar y poner cara de niño bueno. Porque mientras el Real Madrid y el resto de equipos de la Liga BBVA tienen que resignarse a jugar a horarios tan poco habituales como los de las 12 de la mañana o a las cuatro de la tarde, el equipo entrenado por Guardiola no se ha visto aún en esta tesitura, y todo por orden y deseo de Sandro Rosell.
El presidente del Barcelona, que no se cansa de repetir una y otra vez las reticencias que el Barcelona pondría a jugar en los horarios antes mencionados, sobre todo si se juegan en el Camp Nou, ve como el club de Mediapro (formado por Jaume Roures y el hermanísimo de Guardiola, Pere) le hace caso a sus sugerencias. Si el año pasado el madrisimo ya se dio cuenta de lo descarada que era Mediapro a la hora de programar los partidos del Madrid y el Barcelona 8en los que los de Guardiola tienen siempre más descanso), ahora han recurrido a otra vía, la de librar al Barça de los horarios mañaneros, para no romper un matrimonio de conveniencia que está destrozando al fútbol español.
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