Un despiste y victoria culé

Messi en una jugada ensayada y Keita ya en la recta final, doblegaron a un Recreativo más voluntarioso que eficaz.





Un planteamiento fácil pero inquietante

Los onubenses, con Javi Guerrero como único delantero aunque con muchísima movilidad y trabajo, dejaron el balón a los culés, con lo que Alcaraz quería intentar crear peligro a la contra. La velocidad de sus extremos, con Sisi y Colunga a la cabeza, pronto dejó ver que las opciones iban a llegar. Sin embargo, tanta posesión en manos azulgranas también evidenciaba un temor notable y el líder sabía moverse en él, aunque con una falta de pegada inquietante.

Un disparo de falta de Beto, un cabezazo de Arzo a balón parado y el estupendo trabajo en el mediocentro de Morris, rompían los intentos visitantes, aunque no eran suficientes para tapar la salida a Messi y Alves, muy activos aunque sin ‘punch’ en la banda derecha. Por allí llegó el peligro ya que únicamente los dos sudamericanos lograban trastocar el guión local.

El Recre no perdía ni un ápice de sus fuerzas en experimentar en un juego que no domina, por lo que todas sus iniciativas ofensivas eran buscar contras rápidas que, pese a ser previsibles, sí avisaban de su potencial. Enfrente, apagado Henry, desacertado Eto’o e intermitente Touré, que perdió varios balones clave que pudieron costar muy caro a los suyos.


Ensayo con espectadores onubenses

La concentración de un equipo con un desgaste pleno como el de esta noche por parte del Recreativo, va en descenso conforme el partido avanza. Y un despiste en un balón pardo ensayado, provocó un giro completo en la cita. Xavi engañó a todos y en vez de buscar lanzamiento directo, asistió a Messi que apareció de la barrera para, escorado, encarar y mandar un misil a Riesgo. Lentitud, permisividad y muchas carencias en una acción clave.

A partir de allí, quizás esperando a que el Recreativo diera un paso adelante, el Barcelona bajó los brazos. Dejó pasar minutos, contemporizó lo que pudo y sacó de sus casillas a los onubenses, perdidos en disputas sin sentido. Alcaraz buscó una reacción con la entrada de Camuñas y Akalé, que dotaban a su ataque de mayor versatilidad. El primero cabeceó un saque de esquina al poste y el africano probó a Valdés con un disparo potente desde lejos.

Un par de acciones conflictivas con el balón dividido y golpes de por medio, además de una clara ocasión que erró un Eto’o negadísimo de cara a puerta, plantaron la cita en la recta final. Allí, Keita, que acababa de salir por Touré, empujó una prolongación de Etoó. Allí murieron las esperanzas locales. El Barcelona lidera esta Liga con poco, con muy poco.