A pesar de que el barcelonismo presume del gran juego que despliegan los hombres de Guardiola, la afición es incapaz de acudir al estadio culé en esos dos días al mes que al Barcelona le toca jugar en su feudo. Así, el sábado ante el Numancia, el Camp Nou presentaba un aspecto desolador con la mitad de la grada vacía.
Sólo 47.000 personas se acercaron a ver al Barcelona en esta jornada recién finiquitada, en lo que ha supuesto la peor entrada de la temporada en la Liga. Es además la segunda peor entrada del año, por detrás de la eliminatoria de Copa ante el Benidorm, cuando sólo 23.000 culés acudieron al Camp Nou. Los datos son claros, sólo la llegada del club más laureado del país despertó el interés de la Ciudad Condal, que entonces acudió en masa a presenciar el clásico del fútbol español, porque durante el resto del año, el Barcelona nunca ha terminado de enganchar a su afición.
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