"Vi a nuestro viejo amigo Udo Lattek en el descanso: estaba llorando. No sé si eran lágrimas de rabia, lágrimas de tristeza o de dolor. Pero era significativo de lo que lamentablemente hemos visto aquí esta noche", dijo Rummenigge en un discurso ante los asistentes a la cena tras el encuentro que recoge hoy la prensa alemana. Durante el ágape ante 400 invitados en el Hotel Rey Juan Carlos de la ciudad condal, el presidente del Bayern reconoció que "hemos vivido juntos sin duda una hora amarga en Barcelona. No quiero andar con rodeos, ha sido incuestionablemente un gran ridículo el que hemos vivido esta noche".
"Tengo que reconocer sinceramente que no sé qué estoy más: conmocionado, triste o irascible por lo que hemos visto esta noche. Hemos recibido una lección. Una lección que duele", señaló Rummenigge ante los presentes en la cena. Añadió que "con este resultado esta claro que estamos eliminados de la competición. En esta hora difícil debemos mantenernos racionales y no exagerar las cosas. Sobre todo no tomar decisiones espontáneas y sin sentido". "Hay que salvar lo que merece ser salvado y esto significa que en los ocho encuentros que quedan de la Bundesliga tenemos, pese a todo, que tratar de alcanzar nuestras metas", declaró Rummenigge según la transcripción de su discurso.
Agregó que "tenemos un gran compromiso. Somos un club orgulloso. Este orgullo ha sido pateado esta noche, sobre todo en la primera parte. Solo puedo pedir a todos que en las próximas semanas lo den todo, se esfuercen, (...) para por lo menos mantener nuestras posibilidades en la Bundesliga". "Quiero dejar las cosas así esta noche y, pese a este difícil momento, desearles a todos buen apetito y una buena noche", señaló finalmente el presidente del Bayern Múnich.
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