Piturca mantiene el secretismo en los Alpes suizos

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Una bandera rumana delata el enclave del equipo de Victor Piturca en un hotel escondido en los Alpes suizos, a unos 20 kilómetros del Lago Constanza, y con el secretismo como norma. La treintena de periodistas rumanos que siguen el día a día de su selección viven con resignación las estrictas normas del técnico, quien apenas permite el contacto de los medios con los internacionales y se justifica en que la UEFA ya determina la obligación de ofrecer conferencias de prensa oficiales y sesiones abiertas para el público.

Situado en el número 5 de la Wiesenbachstrasse, el hotel Säntispark está cerrado a cal y canto, 60 habitaciones reservadas en exclusiva para la delegación rumana. Guardas de seguridad en los alrededores, alguno de ellos controlando el perímetro con un perro y altas vallas para que los movimientos de los futbolistas no puedan ser captados desde fuera por alguno de los "paparazzi" rumanos que deambulan por la zona ávidos de imágenes.

Piturca ofreció el lunes una rueda de prensa y a partir de entonces prácticamente silencio. Llegó el equipo en un autobús con los cristales tintados y no hubo ni imágenes en la entrada de este establecimiento de 4 estrellas, sin aire acondicionado y que por internet se oferta a unos 120 euros la noche, un precio irrisorio en comparación con los hoteles en los que se alojan holandeses y franceses, rivales de los rumanos junto con los italianos en esta primera fase.

Los periodistas rumanos se han reunido con responsables de la Federación para que faciliten un poco las cosas, pero salvo algunas fotografías tomadas en el exterior del hotel y en una salida a un centro lúdico, las apariciones de las estrellas del equipo son mínimas. Dicen que es Piturca quien toma las decisiones y por el momento quiere mantener alejado de los focos a los suyos. Sin presión y con poco que perder, a partir del próximo lunes, cuando Rumanía debute ante Francia en el Letzigrund de Zúrich, empezaremos a saber si su estrategia es la adecuada