Van Basten lo tenía claro. Las flores que la Prensa de su país le está echando últimamente y las prestaciones en los dos amistoso preeurocopa de la Oranje le habían aclarado las ideas y, salvo sorpresa mayúscula e inesperada, Holanda ibra a afrontar el primer partido de la Eurocopa, ante Italia, con los mismos once futbolistas que disputaron esos dos bolos.
Van der Sar; Ooijer, Heitinga, Mathijsen, Van Bronckhorst; De Zeeuw, Engelaar; Sneijder, Van der Vaart, Robben; y Van Nistelrooy. Ése era el once que el seleccionador había decidido que iba a enfrentarse a la actual campeona del mundo. Sin embargo, la lesión de Robben le obligará a trastocar todos sus planes y es posible que el dibujo cambie a un 4-4-2 para dar entrada a Vennegoor o que se mantenga el esquema para que sea Bouma el que ocupe el lateral zurdo y Van Bronckhorst se adelante para jugar como interior, la posición que había venido ocupando a lo largo de toda la temporada en el Feyenoord.
Mientras, y en el doble pivote del centro del campo, tanto De Zeeuw como Engelaar han terminado de convencer al seleccionador, que sólo empleará a Sneijder en esa posición en situaciones extremas. Los dos primeros cuentan con más cualidades defensivas que el 23 del Real Madrid y se han hecho fijos, por lo que parece complicado que Van Basten quiera romper esa dupla.
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