Un clásico a doble o nada

Hay que ganar sea como sea y cueste lo que cueste. Es el momento perfecto para demostrar cuál es el mejor equipo del mundo y hacerlo ante los que se creen en posesión de ello


cuandonohaya

cuandonohaya




El Madrid llega al clásico como una bala. Con un poder ofensivo que no se recordaba prácticamente desde la era de los galácticos, y con un jugador en particular al que nadie ha podido parar en lo que va de temporada, Cristiano Ronaldo. Si no es por el bache de Anoeta y los derbis ante el Atlético de Madrid, por el mal estado físico, podríamos estar debatiendo si estamos ante el mejor Real Madrid de la historia.

Una victoria ante el Barcelona tendría un doble valor. Por un lado, la visual sobre el papel, la de ver cómo el conjunto presidido por Florentino Pérez se sitúa a tan solo un punto de los blaugranas después de haber estado a seis en la jornada 3. Por otro, el confirmar que el Real Madrid es el mejor club del mundo a día de hoy y que sus últimas exhibiciones ligueras y europeas  no obedecían a la debilidad del rival, colocándose automáticamente como favorito número uno en todas las competiciones abiertas y dejando al Barça con esa sensación de no encontrar fórmulas ante equipos potentes –su única derrota, en su única gran exigencia, el PSG-

Sin embargo, una derrota ante los culés cortaría de raíz muchas ilusiones madridistas. Volverían los fantasmas de que Ancelotti no logra ganar a los competidores directos en Liga, a la vez que prácticamente borraría de la memoria de los aficionados la reciente racha de resultados y goleadas. El otro aspecto negativo que dejaría sin sentido las fechas precedentes no es otra que ver cómo el máximo rival se escaparía a 7 puntos, con casi un cuarto de competición disputada y un duelo liguero en el Camp Nou por dirimir en el futuro.

Hay que ganar sea como sea y cueste lo que cueste. Es el momento perfecto para demostrar cuál es el mejor equipo del mundo y hacerlo ante los que se creen en posesión de ello. Y si además, se quieren regodear por tener a Luís Suárez, con más razón hay que salir a morder. O confirmas todo, o pierdes  lo conseguido. A doble o nada.