Señor equipo, pero que muy señor

"Hoy, queda el esfuerzo sobre cualquier césped y ante cualquier rival, demostrando que no se gana con las letras escritas encima de los dorsales de la camiseta, sino con el sudor que las oscurece"


cuandonohaya

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Mucho se hablaba del terrible ‘alcorconazo’ coincidiendo con que esta semana se cumplía un lustro del nefasto recuerdo madridista en el Santo Domingo. Sin embargo, el actual Real Madrid no quiso saber nada de los que agüeristas y se lanzó directamente al cuello de su rival para demostrar quién es el macho alfa. Eso sí con respeto.

Salvo el lógico descanso de muchos de los titulares, los blancos no dieron opción a su rival desde el primer minuto. Concentrados como si de un clásico se tratara -como afirmó Chicharito al terminar el encuentro- sellaron cualquier posible fuga de dudas rápidamente y, con un once al completo de jugadores de la primera plantilla, llegaron a Cornellá para ganar, no para especular con los descansos.

Y eso, precisamente, es lo que gusta a los rivales. Un valiente Cornellá de Segunda B, que no en vano logró marcar el primer gol de la temporada a Keylor Navas, nada quería más que encontrarse frente al mejor Madrid posible.  Ver por un día -bueno, dos con la vuelta- a hombres como Isco, James o Varane dando su máximo nivel y poder disfrutarlo -sí, disfrutarlo aunque sea tu rival- en persona es algo que enorgullece a uno, sobre todo porque sientes que se lo estás exigiendo y que valoran que hayas llegado a la ronda con los mejores equipos del país.

Ancelotti estuvo claro antes del encuentro y mandó un mensaje directo. “Nada de relajación. Esto es un partido serio y vamos a salir a ganar”, habría dicho. Y vaya si lo hicieron. El bigoleador Varane sobrevoló la defensa catalana porque saltó como si de aquel gol al Barça se tratara; Isco Chicharito y Benzema se tuvieron que pelear el tanto del mexicano, como si de un empate fuese, con el delantero levantándose del suelo para demostrar por qué está en el mejor equipo del mundo… ejemplos de lo agresivos y centrados que estuvieron.


Atrás quedan los trotes y las reservas en lustros anteriores, dejando el ridículo por bandera durante unos días. Hoy, queda el esfuerzo sobre cualquier césped y ante cualquier rival, demostrando que no se gana con las letras escritas encima de los dorsales de la camiseta, sino con el sudor que las oscurece.

Y eso, equipos como el Cornellá lo agradecen. Que no les miren por encima del hombro, sino de frente y directamente a los ojos, como si de un rival directo se tratará. Que se sientan valorados, pues, no en vano, están en la misma ronda de una competición. Así lo hizo sentir el Madrid, así se vio reflejado en el marcador y así lo pudo disfrutar el espectador. Un señor equipo.