Ni tanto ni tan calvo





Schuster está aguantando una carga de profundidad de aquellos que quieren ver en él el culpable, pero la intención no es otra que salvar a quienes ocupan un escalafón superior en la jerarquía blanca. Calderón también lleva su penitencia de quienes quieren seguir destruyendo su imagen y presentarle como el gran culpable de una preocupante asamblea por muhco que anuncie dos fichajes. Mijatovic es otro de los que está en el punto de mira de quienes no comulgan con su imagen o sus decisiones. Y, por último, se busca en el vestuario el rincón donde se debaten los enfrentamientos, en el que Raúl es el principal actor.

Ni tanto ni tan calvo. Ni el Real Madrid está tan mal, simplemente tiene un fuerte catarro al que creo se le ha recetado una medicina equivocada que vale demasiado cara y que puede suponer una factura al club en forma de primas de tres millones y medio de euros; ni está saliendo de esa pretendida crisis de identidad.

La enfermedad del Madrid, por mucho que Calderón y Mijatovic se justifiquen, es llevar sólo medio cuerpo tapado. El otro medio corre el riesgo de agarrarse un trancazo de los de verdad. Se tapa con esa tópica manta que si te resguarda del frío hasta el cuello te deja los pies a la intemperie o viceversa. Es una mala planificación de la plantilla, desarropada por la derecha por mucho que vendan de que con este equipo fue campeón el año pasado cuando es una verdad a medias. ¿Dónde está Robinho? ¿Dónde está Baptista? Dos jugadores clave en la estructura ofensiva de ese equipo campeón. ¿O es que no recuerdan que el 0-1 en el Nou Camp fue obra de La Bestia y que provocó el derrumbe definitivo de Rijkaard y los suyos?

Es el único virus que intimida al Madrid, al margen de esa plaga de lesiones que minimizan su potencial real. Eso sí, bien por ese vestuario que asume su rol, aguanta el chaparrón y avala a su entrenador al que acusan de antipático. Sólo juntos pueden seguir escalando credibilidad pero, e imagino que es lo que desean los jugadores, que Calderón sea más discreto en sus declaraciones y, sobre todo, que se deje de recursos electoralistas porque eso, quiera que no, se refleja en críticas al equipo si éste no juega bien. Mucho más si no gana.