Ésto es una jaula de grillos





A pesar de las lesiones y de que este verano sólo llegaran tres refuerzos, había quedado fehacientemente demostrado que el cargo le quedaba algo grande al germano, y es que este equipo tan poco trabajado daba la sensación de que podía perder con cualquiera, ya fuera en el Santiago Bernabéu, o lejos de casa. Sin embargo, éste es el momento de encontrar algo de estabilidad, y el cambio de técnico no invita precisamente a eso, sino que redunda en la vulnerabilidad que se está mostrando en todas las áreas del club esta temporada.

Con este seísmo merengue tan prolongado, lo mejor que puede pasarle ahora al Madrid es que se adelanten las vacaciones navideñas para que todo se tranquilice, para que los recién llegados se asienten, y así poder encarar la segunda parte del campeonato con algo de garantías. Porque de seguir por este camino, ya veo la caravana del Real Madrid de pueblo en pueblo con Calderón como jefe de pistas.