Gago, como la marcha atrás





La primera reacción es tomarlo con frialdad porque al fin y al cabo, el mediocentro no dice nada que todos desconozcamos: es complicado mantenerte en un club de por vida y más cuando hay unas elecciones en ciernes. Además, es de alabar cuando alguien se lanza a la piscina en lugar de soltar la retahíla de frases hechas a las que tan acostumbrados estamos en el fútbol español. Sin embargo, de entre todas las cosas que dice Gago, y que invito a leer, hay una que sí que desentona: “Me gustaría probar en otra liga de Europa. Soy partidario de buscar siempre lo mejor para mí”.

Ahí ya está chirriando algo, y no porque no diga la verdad, sino porque dice muy poco de él como jugador. La profesionalidad es un concepto muy subjetivo que cada uno utiliza a su gusto según convenga, pero creo que coincidiría con casi cualquier persona en que lo de Gago no es de ser buen profesional. Primero, porque es muy feo anteponer tus intereses a los del club siempre y cuando no haya negociaciones en marcha, pero más aún cuando tu equipo se está jugando la Liga. Y segundo, porque ni siquiera se ha ganado el derecho a ello cuando apenas tiene 22 años, sólo ha ganado dos Ligas, han pagado 20 millones de euros por él y lo único que ha demostrado es que es como la marcha atrás, que calentar calienta, pero no emociona.

Hasta el momento, a Gago se lo había perdonado todo. Es un jugador que no roba como Makelele, no organiza como Redondo y no tiene la clase de Guti, pero con un poco de cada uno de ellos y las altas dosis de pundonor que le pone en el campo, compensaba sus limitaciones. Ahora, si a diez jornadas de jugarte la Liga, y justo cuando estás pasando el peor momento del año a nivel individual, ya estás pensando en la próxima temporada y en otras ligas en lugar de defender a muerte el escudo de tu equipo, apaga y vámonos. De nuevo como la marcha atrás, que si hay que hacerla se hace, pero en cuanto haya otra opción mejor, te veo descubriendo otras ligas amigo Gago, tal y como ansías.