Paciencia y prudencia





Y es que la llegada de la nueva directiva merengue este verano –con todas sus acciones- no sólo ha revolucionado el mercado de fichajes, sino que ha devuelto al fútbol español a la cumbre, y ha situado al Real Madrid de nuevo como referencia mundial. Las expectativas de la afición merengue a día de hoy son de unas proporciones megalómanas, tan gigantescas como las ilusiones generadas, de forma que existe ya un poso entre la afición de que este año el conjunto blanco debe ganar al menos un título, si no más.

Estas exigencias son entendibles, pues están acordes con la plantilla que se ha confeccionado, una de las mejores del mundo si no la mejor -aun con las ventas de Robben y Sneijder-. Sin embargo, la hora de pasar las facturas aún no ha llegado, pues los títulos se ganan en mayo, no en septiembre, que es el mes en el que nos dijo el calendario que estábamos.

Sólo se ha disputado una jornada de Liga, pero ya hay quien predica a voz en grito que el Madrid tiene una pegada infinita, superior a la de cualquier equipo del globo, y otros a los que les ha faltado tiempo para acribillar a la defensa y a Pellegrini. Y lo más seguro es que ni unos ni otros acierten de pleno. Y es que el fútbol no es una ciencia en la que la reacción Cristianos Kakás Xabi Alonsos dé siempre como resultado Champions, Liga y Copa del Rey; ni en la que la ecuación Casillas-(Pepe Ramos) tenga que tener siempre como solución encajar dos goles por partido. Hay que esperar todavía un poco más para ver al Madrid en acción. Es aún tiempo de paciencia y prudencia.