Tras 3 años de penurias, este año huele a gloria para el madridismo. Los de Mourinho se han quitado por fin el complejo que arrastraban con el conjunto de Guardiola y rompieron el gafe del Camp Nou. Bien es cierto, que ya en la vuelta de Copa lo habían merecido, pero la mala suerte les impidió pasar la eliminatoria. El sábado, la suerte y el buen juego estuvieron de cara y los madridistas salieron airosos del primer 'match-ball' de la temporada.
Esta victoria no sólo debe servir para ganar la trigésimosegunda liga, sino también debe ser un punto de inflexión para el Madrid y para su gente. El madridismo tiene que quitarse de encima el miedo que le ha perseguido cada vez que nos hemos tenido que ver las caras con el Barça en los últimos años. En el Camp Nou se demostró que la igualdad entre los dos equipos es total y que al Barcelona se le puede ganar.
Mourinho ha conseguido ensamblar un grupo competitivo al máximo, que arrolla en el día a día de la temporada y que responde como los grandes los días que el club se juega las castañas. Por ello, no debe haber miedo, y si toca verse las caras con los azulgrana en la final de la champions, los madridistas deben sentirse seguros; el Real Madrid no es inferior al Barcelona.
Queda lejos esa hipótesis, pues primero los madridistas tendrán que dar buena cuenta del Bayern y los azulgranas al Chelsea de Drogba; Será un partido complicado, pero el 'subidón' de moral tras el clásico y un Bernabéu encendido, harán el resto. El Madrid y su gente han perdido definitivamente el miedo. Barça, nos vemos en la final.
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