Que Xabi Alonso no estuvo bien en Getafe o Sevilla no es un misterio, como tampoco lo estuvieron el resto de sus compañeros, pero de ahí a decir que Xabi Alonso sobra en el Real Madrid y que no merecía ser titular contra el City va un trecho. Más bien un precipicio. Fundamentalmente porque tiene una capacidad que pocos centrocampistas atesoran en el mundo: es capaz de crear y de destruir a partes iguales, una cualidad que se está empezando a perder en el fútbol moderno, en el que una parece excluir necesariamente a la otra. Algo que no debería ser así, pero que parece haberse instaurado como normal.
El vasco es absolutamente imprescindible en el Real Madrid porque ese perfil de jugador no existe en ningún otro miembro de la escuadra blanca. Modric puede intentarlo, pero no lo es, Essien y Khedira son 80% destructores y 20% creadores. Además, la facilidad de Alonso para dar pases de 30 ó 40 metros, que tanto daño hacen a las defensas contrarias, no tiene comparación dentro del plantel. Por todo ello, me parece una locura sólo pensar que Xabi Alonso esté en el banquillo en un partido grande. Impensable. Y para Mourinho parece que también. De hecho, ante el Manchester City varios de los pases más aplaudidos por el Bernabéu en todo el partido los dio el '14'. Y en Chamartín, como ya se sabe, los elogios no se regalan tan fácilmente.
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