La fama de llorón de Robinho traspasa fronteras

El pulso que ha mantenido para irse de Santos y Real Madrid le dejan marcado para siempre





Robinho se ha ido al Manchester City y es de suponer que allí será inmensa feliz, lo que era su deseo. Aunque casi ninguno, por no decir ninguno, sabíamos de los gustos culinarios del brasileño, que prefiere fish&chips a los chuletones de buey que se metía entre pecho y espalda en Madrid. Pero el plante protagonizado ante el Real Madrid para forzar su salida, muy parecido al que ya protagonizó en el Santos para recalar en el club blanco, van a acabar pasándole factura. Si no lo ha comenzado a hacer ya.

Porque en todos los países de la Commonwealth, los que anteriormente estuvieron bajo yugo británico, la pregunta que circula en sus medios de comunicación es la misma: ¿Es Robinho un asesino con cara de niño o, simplemente, un llorón? Y gana, de calle, la segunda opción. A eso se le llama entrar con buen pie...

Lo primero que le achacan es su debilidad para enfrentarse a defensas mucho más duras en el plano físico que las españolas. Y su juego también causa pavor. Aunque Robinho se defienda volviéndole a echar el muerto encima a Schuster: "La temporada pasasa me cambió en 19 ocasiones porque quería amarrar el resultado. Eran cambios tácticos, no porque me faltasen energías". Pero las dudas ya están sembradas y quienes le vieron jugar saben que Robinho sólo dice la verdad que él quiere que se escuche. Así que Robi sigue poniendo excusas: "Tévez ya ha probado que los suramericanos pueden triunfar en Inglaterra. Los defensas agresivos que hacen tackling no me dan miedo".

Y precisamente por eso su madurez mental también está bajo sospecha. "Un futbolista que da una rueda de Prensa para decir que se quiere ir al Chelsea, se pone a llorarle a su presidente, amenaza con no volver a jugar y acaba marchándose al Manchester City no parece muy de fiar", asegura el diario Straits Times de Thailandia.

Y eso por no hablar del runrún de que llegaba oliendo a alcohol a los entrenamientos del Real Madrid, o las últimas palabras del presidente del Santos, Jose Fernandos, que le conoce bien, quizás demasiado bien: "El Santos lamenta profundamente haber creado a este ser humano". Más claro, agua.