El 4 de Julio de 2004, Portugal se aprestaba a vivir una noche de fiesta y celebración, pero pocos contaron con Grecia. Dirigidos por Otto Rehaggel, los helenos hicieron saltar la banca y vencieron gracias a un gol de Charisteas. Un auténtico bombazo que hizo a Cristiano derrumbarse.
La imagen de Cristiano Ronaldo llorando sobre el césped recorrió el mundo entero. Hace una década, un chaval de apenas 19 años de Madeira ya se había topado con el primer destino cruel que le aguardaba el mundo del fútbol.
Pero 10 años después, la llantina se ha convertido en sonrisa, el fracaso ha dejado paso a la gloria. Cristiano Ronaldo nunca habría podido imaginar aquel 4 de Julio de 2004 que la historia le daría una ‘venganza' tan dulce y tan importante una década después.
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