Muy pocos futbolistas en la historia pueden presumir de tener una Bota de Oro en su casa, por lo que el pasado domingo James Rodríguez se jugaba algo muy importante sin la necesidad de saltar al campo. El colombiano vivió la final de la Copa del Mundo en su casa junto a su familia y lo hizo cruzando los dedos para que ni Müller ni Messi marcaran los tantos necesarios para superarle al frente de la clasificación de máximos artilleros. Al final el único tanto del choque fue obra de Götze, por lo que el mediapunta pudo celebrar a lo grande este éxito. Puedes ver su curiosa reacción gracias al siguiente vídeo.
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