El galo, que militaba en el Rennes, era un gran desconocido para la mayoría de los aficionados. Todo el mundo se preguntaba quién era este jugador y es que, realmente, no se hablaba de él en absoluto. Los focos estaban centrados en la estrella parisina.
Sin embargo, el bueno de Eduardo sí que interesaba en el Parque de los Príncipes. Nasser Al-Khelaifi lo tenía en su lista de objetivos e incluso realizó varias ofertas por él. Pese a todos sus intentos, Camavinga no quiso llegar a la ciudad del amor y optó por recalar en la capital de España. Gran decisión.
El tiempo le ha dado la razón, evidentemente. No lo digo yo, que, como sabéis, no soy sospechoso, lo refleja la gran cantidad de títulos que ha ganado. De hecho, ya tiene en su palmarés todo lo que puede conseguir a nivel de clubes. Y todo esto con tan solo 21 años. Es la grandeza del Real Madrid. Mbappé la conocerá dentro de unos meses.
De revulsivo a indispensable
Empezó siendo un revulsivo. En esa famosa remontada contra el Manchester City, Camavinga entra de suplente y cambia el partido por completo. A partir del minuto 70, los partidos entraban en un escenario que era el idóneo para él.
No tardó en ganarse la confianza de su míster. Prueba de ello es que a medida que pasa el tiempo, su rol en la plantilla ha ganado muchísima importancia. Asimismo, también demostró su polivalencia al jugar en el lateral izquierdo para suplir a Ferland Mendy en su peor año como madridista. Las lesiones lo tenían más fuera que dentro, pero, ahí estaba Camavinga para suplirle de la mejor manera posible, llegando al punto de ser indispensable en las filas del Real.
De hecho, se empezaron a ser ‘memes’ con que al francés solo le faltaba ser portero. Lo cierto es que en la entidad están muy satisfechos con él, debido a que siempre ha cumplido las expectativas, independientemente de la demarcación en la que juegue. Eso sí, hay una en la que destaca por encima de las demás: la de centrocampista.
Un pivote único
El protagonista de este reportaje saca su mejor versión en la zona de pivote. Incluso, en más de una ocasión se le ha comparado con Fernando Redondo. Como dice el dicho, hay comparaciones que son odiosas, sin embargo, esta no puede hablar mejor de Camavinga.
Ya son varios los partidos en los que ha conseguido hacerse con el control del centro del campo. Además, con la ayuda de Fede Valverde y el trabajo de Toni Kroos, su fútbol sale a relucir a un nivel sobresaliente.
El internacional francés aporta un dinamismo al juego que solo lo puede hacer él. Su fútbol es alegre y vertical, siendo este un estilo que encanta y ‘enamora’ al Santiago Bernabéu. Por este motivo, se ha ganado el corazón de muchos madridistas.
Buen presente, mejor futuro
Lo mejor de todo es que, como bien dije antes, tan solo tiene 21 años. Es un crío, hablando mal y claro. Dispone de toda una carrera por delante y es anómalo que haya conseguido tantos títulos en tan poco tiempo.
Sin embargo, lo importante es que, a medida que pasen los años, va a mejorar considerablemente su manera de jugar. Irá adquiriendo una madurez que lo colocarán entre los centrocampistas más importantes, aunque, realmente, ya es uno de ellos. Dentro del Madrid, hay muchos ejemplos de futbolistas de este tipo. Uno de ellos es Fede Valverde, que empezó siendo uno más y ahora se ha convertido en una pieza capital en los esquemas de Ancelotti. Camavinga ya da síntomas que va a seguir el camino del uruguayo.
No puedo finalizar este reportaje sin antes mencionar el grandísimo trabajo que hace Juni Calafat. El jefe ojeadores del Real Madrid, persona de grandísima confianza para Florentino Pérez, es uno de los principales ‘culpables’ del proyecto tan ilusionante que hay en la casa blanca.
Este, que no solo maneja el fútbol brasileño, es uno de los responsables de que el club blanco haya fichado a Vinicius, Rodrygo, Militao, Valverde y, evidentemente, Eduardo Camavinga.
Camavinga 2029
El pasado mes de noviembre, el Real Madrid renovó al ex del Rennes hasta 2029. La dirección deportiva confía muchísimo en él y se lo ha demostrado con esta ampliación de contrato.
Asimismo, tan solo nos queda disfrutar de Camavinga y, además, de toda su generación. Lo que se está gestando en Chamartín puede ser histórico. De pronto es ilusionante y genera bastante optimismo para lo que puede ocurrir en las temporadas venideras.
En Valdebebas hay una sensación de que se puede avecinar una era prodigiosa y el francés tendrá un papel bastante destacado dentro de ella. Lo demás, a día de hoy, es totalmente secundario. La institución en estos momentos no puede estar en mejores manos y, queridos lectores, tan solo queda mirar al futuro con alegría. Jugadores como Camavinga darán al madridismo grandes momentos para el recuerdo eterno. Estoy seguro.
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