Iker Casillas se ha reconciliado con el Santiago Bernabéu después de ser una de las piezas claves para que el Real Madrid se impusiese el sábado al Barcelona, para acercarse a un punto del liderato y confirmar el gran estado global del equipo.
El capitán destacó con dos paradas sublimes a sendas jugadas blaugranas, sobre todo la primera, cuando salvo con maravillosos reflejos un chut de Leo Messi a bocajarro que hubiese supuesto el 0-2 para el Barcelona y una montaña muy cuesta arriba que superar. Cambió el partido.
Además, con 2-1 a favor, Casillas se lanzó para realizar un paradón a un fuerte disparo de Mathieu desde fuera del área, que se colaba ajustadísimo hacia el palo derecho, pero que el ‘Santo’, recobrando las alas, voló para desviarlo in extremis y mantener la diferencia favorable para los suyos. El Bernabéu se lo reconoció y se volvió a escuchar el “Iker, Iker” tan característico que siempre se entonó en el coliseo blanco.
DEJA TU COMENTARIO