El Real Madrid se pone líder de la Liga

Y es que sólo fueron necesarios dos minutos (1:40 siendo exactos) para comprobar que el Real Madrid seguía en modo currante con clase. Una pelea de Dani Carvajal en la banda derecha le permitió robarle la cartera a Murillo, central del Granada. Una recuperación tan arriba que cuando todo el mundo se quiso dar cuenta había terminado en los pies de Benzema. El galo puso el balón atrás para que apareciera el cañón de Cristiano Ronaldo. La conclusión de este sistema era evidente, gol. El Real Madrid se adelantaba a la primera y a las primeras de cambio. Si había un golpe bueno, éste era aun mejor.

Después del show rompe periódicos de Caparrós en las horas previas a este partido a nadie le sorprendió que el Granada intentara detener el partido a base de faltas. En 24 minutos ya le habían señalado un total de ocho, mientras que en el mismo espacio de tiempo el Real Madrid sólo había realizado una. Y es que a pesar de intentarlo cortar todo por tierra mar y aire lo cierto es que los de Ancelotti manejaban el partido a su antojo. Modric se ofrecía siempre para jugar en largo y en corto, también James e Isco. Kroos seguía a lo suyo, sin fallar pases, y Cristiano Ronaldo y Benzema hacían temblar a los defensas contrarios sólo con intuir sus respectivos dorsales. Hubo una jugada, a los 23 minutos, en la que el Madrid bailó al Granada en una jugada que no superó los dos toques de balón por barba. Si Carvajal llega a marcar habría sido uno de los goles de la temporada.

El que sí que puede optar a ser uno de los mejores goles del curso fue el conseguido por James pasada la media hora de partido. El colombiano se ha especializado en marcar golazos con el Real Madrid, y en Granada firmó otro tanto para el recuerdo. Esta vez fue una espectacular volea escorada desde la derecha que se coló por toda la escuadra de la meta de Roberto. Tan bueno como imparable. Golazo y tranquilidad para el Real Madrid a partes iguales.

Si el primer tiempo nos había dejado la obra de arte de James Rodríguez en forma de gol, el inicio del segundo acto iba a permitirnos ver otra de esas pinceladas que valen por una entrada a un campo de fútbol. El pichichi de la Liga, Cristiano Ronaldo, demostró que su capacidad futbolística no sólo radica en hacer goles, sino que tiene repertorio para detener un carro. En esta ocasión, el jugador portugués se inventó un pase de tacón para asistir a Karim Benzema. El galo sacó el ‘9’ que también lleva dentro para superar a un sorprendido Roberto. Con ello, cualquier posible explicación de Caparrós en el vestuario acabó como el papel del periódico que él mismo se cargó el viernes.

Ese tercer gol del Real Madrid mató definitivamente el partido. Con ello, el equipo de Ancelotti bajó el pistón, quizá dosificándose para lo que le espera el martes en Champions, pero siempre teniendo muy claro que el mando en el partido era suyo.

De hecho, aun sin tener el ‘modo apisonadora’ encendido, el Real Madrid siguió generando ocasiones de gol. Primero fue Marcelo el que sacó un derechazo desde fuera del área que se estrelló contra el larguero. Y más tarde fue el otro lateral, Arbeloa, que había salido al campo por un tocado Carvajal en la primera parte, el que estuvo cerca de poner el 0-4 tras una gran pared con Karim Benzema.

Si los dos laterales blancos tuvieron la opción de anotar el cuarto gol, el que no la iba a perdonar fue James Rodríguez. El colombiano aprovechó para remachar sobre la línea un remate en semi fallo de Cristiano Ronaldo. Fue la rúbrica a un (otro) buen partido del Real Madrid que saldó con nota, marcando mucho y sin encajar nada. Un ciclón que, además, aprovechó la derrota del Barcelona ante el Celta para dormir como líder de la Liga, a la espera de lo que haga este domingo el Sevilla. El proyecto Ancelotti 2.0 marcha viento en popa.