El gol de James llegaría en posición dudosa y el tercero de Benzema también pudo llegar de manera ilegal, pero no fueron ni mucho menos errores que condicionaran el resultado del encuentro. Y es que, el Real Madrid también fue perjudicado en varias acciones puntuales.
En la primera parte, el asistente de la banda derecha anuló un mano a mano de Bale que estaba completamente habilitado para intentar marcar ante el guardameta Irureta. El línea levantó la bandera y el galés se quejó amargamente.
Pero si escandaloso fue el fuera de juego señalado a Bale, lo fue todavía más el penalti no señalado a Karim Benzema con 0-4 en el marcador.El galo fue derribado claramente por Irureta instantes después de que Cristiano marcase desde los 11 metros. Quizás, Borbalán no quiso castigar de nuevo al Éibar. A los ‘quejicas' que dejen de llorar. Este Madrid no necesita ayudas arbitrales.
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